lunes, 23 de julio de 2007

Las repatriaciones forzadas de la dictadura


Documento desclasificado presentado a la Justicia confirma política de secuestros y traslados ilegales de uruguayos.

LA REPUBLICA PAG. 3

El secuestro de opositores en el exterior y su repatriación clandestina fue una faceta de la coordinación represiva de las dictaduras de la región que comenzó mucho antes del llamado "Plan Cóndor". Desde 1974 hubo más de un centenar de víctimas del traslado forzado por parte del régimen uruguayo, 44 de ellos pudieron sobrevivir, 65 siguen desaparecidos y 5 fueron fusilados.

ROGER RODRIGUEZ - rogerrodriguez@adinet.com.uy

Un documento confidencial de la Embajada de Uruguay en Buenos Aires, fechado el 2 de junio de 1976, revela como política de Estado de la dictadura el traslado ilegal al país de ciudadanos secuestrados en el exterior, del que fueron víctima más de cien uruguayos, de los cuales 65 continúan desaparecidos. El material desclasificado, que presentó ante la Justicia penal el abogado Oscar López Goldaracena, confirma documentalmente una de las facetas de la coordinación represiva de las dictaduras militares en la región, donde el secuestro de opositores en el exterior se ejecutó antes de institucionalizado el llamado Plan Cóndor. El texto codificado "C194/24 Z" del funcionario Voss Rubio señala que "se aprueba y comparte todo lo actuado por la Embajada y la sección consular en esta materia en las demás vinculadas con los recientes hechos de notoriedad", en alusión a los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.


Y concluye que en el caso de "personas legalmente requeridas por autoridad competente del Uruguay se servirá proveer a su traslado a la República", lo cual ocurriría luego en el primer y segundo vuelo de Orletti y en los traslados masivos de 1978, que indaga el juez de 19º Turno, doctor Luis Charles.

La historia de los traslados ilegales de uruguayos radicados en el exterior o de ciudadanos extranjeros "devueltos" a sus países desde Uruguay implica desde 1974 una larga lista de casos, que incluye por lo menos a 110 víctimas, de las cuales 44 sobrevivieron, 65 están desaparecidas y cinco fueron fusiladas.

Hubo traslados desde 1974.

El primer traslado ilegal del que se tiene confirmación fue el sufrido por el tupamaro Antonio Viana Acosta, secuestrado en Argentina el 24 de febrero de 1974, y derivado a la División de Ejército IV, entonces a cargo del general Gregorio Alvarez, donde fue intensamente torturado antes de ser procesado. En noviembre de aquel año, otros seis uruguayos fueron traídos a Montevideo desde Buenos Aires: Héctor Brum, María de los Angeles Corbo de Brum, Graciela Estefanel, Floreal García, Mirtha Hernández de García y Julio Abreu. Los cinco primeros aparecieron fusilados en Soca ese 20 de diciembre. De ese grupo, quedaron dos sobrevivientes que testifican lo ocurrido: el niño Amaral García, hijo de Floreal y Mirtha, quien fue entregado a una familia de policías argentinos, y Julio Abreu, quien narró su historia a LA REPUBLICA luego de 30 años de un silencio impuesto con amenazas de muerte.

Un año después, el 27 de noviembre de 1975, también la uruguaya Nidia Caligari, quien había sido detenida en Buenos Aires e interrogada por miembros de las Fuerzas Conjuntas uruguayas en Argentina, terminó siendo ilegalmente trasladada a Montevideo. En diciembre de 1975 se produjo un triple traslado: el uruguayo Mario De Negri fue detenido en Argentina, traído a Montevideo, llevado nuevamente a Buenos Aires y otra vez transportado a Uruguay junto al matrimonio uruguayo compuesto por Alejandro Nogueira y Andrea Ferrara. Los "vuelos" desde Orletti. El año 1976 se inició con el secuestro en Buenos Aires de Winston Mazzucchi y Nebio Melo Cuestas, quienes desaparecidos el 8 de febrero pudieron se traídos a Uruguay, como ocurrió con Néstor Arrúa Aguirre, al que detuvieron en Concordia, Argentina, y lo entregaron en la Brigada de Infantería Nº 7 de Salto.

Meses después el propio Zelmar Michelini le advertiría a un amigo en una carta que si por alguna razón llegaba a aparecer en Uruguay sería porque lo trasladaron sin su consentimiento. Pero Michelini, como Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whithelaw, sería directamente asesinado. A mediados de ese año es que los represores de la dictadura uruguaya se instalan en el centro clandestino de detención conocido como Automotores Orletti, donde sería detenido y torturado medio centenar de uruguayos, integrantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP). El 23 de julio, hace 31 años, fueron traídos ilegalmente en el llamado "primer vuelo" 23 miembros del PVP que habían sido secuestrados entre junio y julio. La mayoría del grupo sobrevivió y fue procesados por la Justicia militar luego de un falso operativo de detención simulado en un chalet del balneario Sangrilhá. El 5 de octubre siguiente, otros 22 integrantes del PVP que habían sido secuestrados en los meses de setiembre y octubre, también fueron trasladados ilegalmente en el "segundo vuelo" de Orletti. Luego de ser mantenidos vivos durante casi un mes, todos ellos fueron asesinados y continúan desaparecidos. Mujeres y niños por dinero Varios de aquellos traslados ilegales, efectuados sobre mujeres y niños, aparecen vinculados con un provecho económico de los represores, como es el caso de las familias de los desaparecidos Adalberto Soba y Alberto Mechoso trasladados el 27 de setiembre de 1976 junto a siete millones de dólares.

María Elena Laguna de Soba, sus hijos Sandro, Leonardo y Tania, como Beatriz Castellonese de Mechoso y sus hijos Beatriz y Alberto, fueron traídos a Uruguay por los coroneles José Gavazzo y Ricardo Arab en un vuelo de Pluna, fingiendo ser sus esposos y trayendo aquel dinero robado en una valija. Tampoco es claro el contexto en que fue trasladada la nuera el poeta Juan Gelman, María Claudia García, una joven de 19 años embarazada a término, que fue traída a Uruguay en el "paquete" del segundo vuelo de Orletti, para que diera a luz una niña que fue entregada a la familia de un policía uruguayo.

Del mismo modo, tampoco está confirmada la forma en que Anatole y Victoria, los pequeños hijos de los también desaparecidos Roger Julién y Victoria Grisonas, fueron transportados primero a Montevideo y luego "enviados" a una familia en Chile, que terminó por abandonarlos en la ciudad de Valparaíso. La hipótesis de que haya existido un "negociado" en la entrega de esos niños, también implica al caso de Mariana Zaffaroni, hija de Jorge Zaffaroni y María Emilia Islas Gatti, quien fue "entregada" a Miguel Angel Furci, un miembro del Servicio de Información del Estado (SIDE) argentino.

Como cambiando "figuritas" La política de traslados también era un método recíproco, lo que permite presumir el destino que pudieron sufrir los hermanos argentinos Claudio y Lila Epelbaum Slotopolsky, desaparecidos en Punta del Este el 4 de noviembre de 1976 y probablemente devueltos a su país.


Uno de los traslados ilegales quedó documento en los "Archivos del Horror" de Paraguay: los uruguayos Nelson Santana y Gustavo Inzaurralde, detenidos en Asunción en mayo de 1977, fueron llevados a Argentina en un avión de la armada de ese país, escoltados por el coronel uruguayo Carlos Calcagno.
Aunque el vuelo desde Paraguay tenía como destino la Argentina, es muy probable que desde allí fueran luego enviados a Uruguay, como ocurrió días después, el 3 de junio de 1977, con Edison Eduardo Robatto, capturado en Concordia y entregado, sin aduanas, al batallón de Infantería de Salto. El argentino Oscar De Gregorio, vinculado al movimiento Montoneros, fue detenido por la Armada uruguaya en el puerto de Colonia el 16 de noviembre de 1977 y su devolución a la dictadura del vecino país se terminó decidiendo en el Cónclave del balneario Solís.


Menos pública fue la forma en que "repatriaron" al argentino Jaime Dry, a quien detuvieron el 10 de diciembre de 1977 en la Costa de Oro, trasladaron a un centro de torturas en Montevideo y finalmente transportaron en una avioneta hacia Argentina donde fue entregado a los represores de ese país. Mas víctimas de La Tablada Una avioneta también fue el mecanismo de traslado para Elsa Altuna, secuestrada en Argentina el 1º de febrero de 1978, el mismo día que asumía como comandante en jefe del Ejército el Goyo Alvarez, y traída ilegalmente a Montevideo para recluirla en el centro de torturas de La Tablada.


En La Tablada fueron vistos y oídos Carlos Cabezudo, Eduardo Gallo, Carolina Barrientos y Célica Gómez, cuatro opositores al régimen que habían sido secuestrados en Argentina a fines de 1977 y principios de 1978 y habrían sido traídos en febrero en una lancha desde el porteño "pozo" de Banfield. Ese grupo de trasladados sería una antesala de lo que el 16 de mayo ocurriría con otra veintena de uruguayos, vinculados a los Grupos de Acción Unificadora (GAU), quienes habían sido secuestrados entre el 20 y 21 de diciembre, fueron torturados en los pozos de Banfield y Quilmes y también están desaparecidos.

Estos viajes clandestinos, denunciados ante la Justicia como el "tercer traslado masivo" incluyen otros intercambios, como el sufrido por el matrimonio argentino de Claudio Logares y Mónica Grispón, a quienes sobrevive su hija Paula, detenidos en Uruguay y llevados a Argentina el 18 de mayo de 1978.


Ese mismo día ­y probablemente en el mismo transporte -­ habrían sido traídos a Uruguay los miembros de la familia Severo Barreto (Carlos, Marta y su esposo Jorge Martínez, Ary y su mujer Beatriz Anglet), secuestrados en Argentina entre el 20 y 24 de abril de aquel año. La historia del "tercer traslado masivo" también incluye la venida desde Argentina de otras tres mujeres uruguayas: Iliana García de Dossetti y Graciela Noemí Basualdo de Goycochea que habrían sido traídas en junio de 1978, y María Asunción Artigas de Moyano transportada en agosto luego de dar a luz

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