domingo, 31 de agosto de 2008

EL ESCUADRÓN EN CARNE PROPIA, EL TESTIMONIO DE UNA PERIODISTA


María Esther Gilio (Brecha)


Era mediados de enero del 72, aunque podría ser febrero. Es difícil cuando han pasado casi cuarenta años diferenciar esos dos meses que, en Uruguay, están vinculados a vacaciones, ropas leves y cielos estrellados.

Eran días aquéllos en que solían llegar del Primer Mundo periodistas que buscaban conocer quiénes eran esos tipos llamados tupamaros, que según parecía pertenecían a la izquierda y vistos desde lejos tenían cierta semejanza con el viejo Robin Hood. En fin, los tupamaros, como el fútbol, habían conseguido ubicar por unos segundos a Uruguay dentro del mapamundi mental del resto del mundo. Muchos de estos reporteros se me acercaron por mi calidad de periodista y abogada de presos políticos.

En su momento llegó Umberto Eco, quien ­en el mejor estilo de periodista de un diario rico de un país rico­ me invitó a comer a El Águila, donde elogió con los ojos en blanco la torta de mariscos. Fue en uno de esos meses que llegó de Holanda un periodista con iguales intenciones. Para eso se dirigió a mi amigo Eugenio Hintz, quien le dijo que él no era el adecuado y que tenía una amiga que lo informaría mejor. Me preguntó si estaba dispuesta y yo le dije que sí y que si querían podían venir a cenar a mi casa donde hablaríamos tranquilos.

Al día siguiente, a las nueve, llegaron el holandés, mi amigo Eugenio ­le decíamos Genia­ y Nelly, su mujer. Demoramos en entrar en el tema que había llevado al holandés a mi casa. Me recuerdo a mí misma hablando de la Universidad gratuita y otras cosas de esas que nos enorgullecían, hasta que, de pronto, me di cuenta de que si me extendía en los elogios ­en verdad bastante exagerados­, ¿por qué los tupamaros?, ¿qué buscaban?, ¿qué más querían si el país era tan justo y maravilloso? Puse freno al patrioterismo y hablé del hambre y de las villas miserias, lo cual abrió como por arte de magia la puerta a sus preguntas sobre los objetivos tupamaros y sus métodos. Recuerdo todavía una pregunta que formuló clavando sus ojos en los míos: “¿No cree usted que ellos actúan como terroristas, que son terroristas?”.

Podía mirarme exigiendo lo que quisiera. Yo no tenía que mentir para responder. “No son terroristas”, dije, y añadí los argumentos que fundaban mi respuesta. “Está bien ­dijo­, entonces no lo son.” Eran cerca de las dos cuando el holandés miró por segunda vez su reloj y dijo que me estaban robando el sueño. Agradeció mis informaciones, y se fueron. Diez minutos después, yo dormía y veinte minutos más tarde una explosión que se escuchó más allá de Malvín despertó a todos los vecinos de la cuadra, rompió los vidrios de sus casas y muchos muebles, puertas y todos los vidrios de la mía.

En medio de la oscuridad, mi hija mayor se acercó gateando y diciendo: “Nos ametrallan, nos ametrallan”. Bajé y en la calle encontré a los vecinos de esa cuadra llamada Golfanini, separada del mar por un gran espacio de pasto donde se levanta la Aduana de Oribe. Nunca olvidaré a mis vecinos, que en lugar de enojarse me consolaban. A Amneris, que tomándome de ambos brazos me dijo, con los ojos llenos de lágrimas: “Llore, María Esther, llore”.

Al día siguiente fui al Banco de Seguros donde, como la mayoría de los abogados, había asegurado mi casa contra bombas. Allí me enteré de que este seguro no cubría vidrios. Era tal el disparate de un seguro contra bombas que no cubriera vidrios que escribí una carta a la dirección, señalando el total absurdo del hecho. No creo mucho en mi capacidad como abogada. Creo sí en cómo podría ser de encandilante el absurdo que entrañaba el contrato sobre bombas, que me pagaron los vidrios.
Pero, claro, a cualquiera que lea esta nota le importará poco que hace 36 años me pagaran los vidrios. Lo que quiere saber es quién puso la bomba. Bardesio, claro. Él mismo lo dijo más tarde cuando fue secuestrado por los tupamaros.

Y qué pasó con el holandés. Trato de imaginar un poco. Él se levantó, tal vez se bañó, bajó luego a desayunar y mientras leía el diario su rostro tomó un rojo que superó a todos los que habían pintado su rostro en el pasado. Según Genia, cuando él lo llamó a las 11 de la mañana al hotel, le dijeron que ese señor había salido hacia el aeropuerto a las 10 de la mañana.




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La funa de Victor Jara III

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Mapuches en Neuquen, entre petroleo y pinos

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Segunda parte de un proyecto documental sobre la
amenaza petrolera en la Patagonia. La siguiente entrega fue filmada en
febrero 2008 en las comunidades mapuches de Logko Puran y Campo
Litrán. La huella petrolera se siente en ambas partes, ya sea por la
invasion territorial de los pozos petroleros, como por las
plantaciones de pinos que presumen las mismas petroleras. Vean como
Repsol lucha contra el cambio climático.




La provincia patagónica del Neuquen es gobernada desde hace décadas con estrechos vínculos con la industria petrolera. Las comunidades mapuches de la Zona Centro sufren el avance de esta actividad y enfrentan procesos de resistencia, como el cierre de pozos o la recuperación de tierras en la cordillera. Lasp petroleras, no sólo contaminan, también invaden territorios con la forestación de plantas exóticas para lavarse la imagen y conseguir créditos de emisión. Filmado en Neuquén , marzo 2008.





Gracias: yanapuka
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Bosques mudos del Uruguay

nos llega desde Juan Lacaze, del Grupo Nuestra Razón.

LA MISMA SUERTE






EDUARDO GALEANO ENEMIGO DEL MONOCULTIVO Y DE LOS BOSQUES MUDOS QUE ALIMENTAN LA HAMBRIENTA BOCA DE LAS PAPELERAS...






Enviado por Bistrus
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Carta urgente por María Música

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Por Jaime Díaz Lavanchy
Ayer estuve con María Música y su madre, y supe de hechos gravísimos que no han sido informados por la prensa. Pero antes de desarrollar este tema debo puntualizar una cosa: Matías del Río y Fernando Villegas tienen razón. Música no es ni la sombra del monstruo que algunos quieren dibujar. Cuando ella se ríe, sus ojos se iluminan con inocencia desbordante. Lo que allí se asoma no es candidez, sino inocencia en el sentido más puro y primigenio de la palabra. Pocas veces he conocido a una niña que encarne mejor ese motivo literario donde la niñez es el paraíso perdido que todos deberíamos conservar..

1. Existe una fotografía estremecedora (y una constatación de lesiones) que dan cuenta de una agresión que sufrió María Música por parte de carabineros un mes antes de que ella “Atentara contra la autoridad”. Ni la fotografía, ni la constatación de lesiones se han comentado en la televisión, a pesar de que esta agresión es, al menos, una atenuante que favorece a Música. ¿Acaso los brutales golpes que le dieron no demuestran que ella dice la verdad cuando justifica su acción como un gesto de impotencia ante la represión que están sufriendo los estudiantes? ¿No es esta fotografía una prueba elocuente de que la propia María Música ha sufrido la represión de una forma brutal? ¿No es este registro visual relevante para la opinión pública? ¿No es esta fotografía silenciada una vergüenza para el periodismo? Si alguien duda de la fotografía, o de la gravedad de las lesiones sufridas por Música, sepa que estas fueron constatadas, entre otras personas, por el abogado de DDHH Nelson Caucoto.




2. Existe un parte judicial que demuestra que la querellante, quien presenta la demanda en contra de Música, es la propia Ministra de Educación. Esta demanda por “atentado contra la autoridad” fue presentada a las 10:30 del mismo día del “jarrazo”. Sin embargo, esa misma noche la Ministra señaló muy maternalmente, ante todos los medios, que ella no iniciaría acciones en contra de la menor. ¿Por qué la Ministra Jiménez ha mentido de esta manera? Probablemente, porque enviar a la fiscalía a una niña de 14 años recién cumplidos (si tuviera un mes menos todo habría quedado en Tribunales de familia), no es políticamente correcto. Esta mentira de la Ministra tampoco ha sido comentada por la prensa, ni tampoco las graves denuncias en su contra que ha hecho el destacado documentalista Dauno Tótoro. Según Dauno, la Ministra cumplió un rol siniestro en su expulsión de la Universidad Católica durante los años 80, lo que me parece grave, porque demuestra que Jiménez ya tiene antecedentes en cuanto a reprimir a estudiantes. ¿Y si fue cómplice cuando Dauno fue expulsado de la Universidad en plena dictadura, por luchar por la libertad y los derechos humanos, qué se puede esperar de ella en democracia? ¿Qué defienda a los estudiantes? Insisto, repito, ¿no son estos antecedentes, relevantes para la opinión pública? ¿No es el silenciamiento de este tema una vergüenza?


3. Otro tema: acción urgente. Según la madre de Música, Ruth Cavieres, ella ha recibido muchas ofertas. Muchos abogados quieren defender a Música en la Fiscalía, pero al parecer nadie está dispuesto a actuar antes de que eso suceda. Al parecer casi nadie entiende que lo más sano para la niña es librarse de pasar por la fiscalía, librarse de ser procesada y expuesta nuevamente a los medios de comunicación. Personalmente no considero correcto que la ley penal juvenil, aparentemente concebida para reprimir y encarcelar a los estudiantes, se aplique en contra de una niña tan joven, y por un acto que podría considerarse una falta. De hecho, me parece aberrante que esta situación no haya quedado en el ámbito de los tribunales de familia, solo porque la Ministra esté acusando a Música de “atentado en contra de la autoridad”, mientras los medios se refieren constantemente a los hechos con el calificativo de “agresión a la autoridad”. Uno no puede dejar de preguntarse, ante esto, si lanzar un poco de agua limpia es realmente un atentado o una agresión. Tampoco se puede eludir la siguiente pregunta. ¿Si la fiscalía sanciona con severidad a María Música y la niña entra en una depresión grave, qué vamos a hacer? ¿Presentar recursos de amparo? ¿Manifestarnos en la calle? ¿Entrevistarnos con ministros del gobierno? Todo esto lo hemos hecho durante dos meses por la libertad de Elena Varela y ella sigue encarcelada. ¿No deberíamos actuar entonces de inmediato, antes de que la niña llegue a los tribunales?. Cuando eso suceda, el gobierno nos dirá que nada puede hacer porque el poder ejecutivo y el legislativo son independientes, cuando eso suceda, el daño será irreparable, cuando Música esté en fiscalía nadie, o casi nadie, dará cobertura positiva a nuestras movilizaciones. Mejor pidamos ahora que la Ministra retire su denuncia y que cumpla la palabra empeñada, porque como ha dicho la misma María Música, “la autoridad como el amor, son cosas que se ganan”.


“Cobarde agresión a Ministra de Educación” ha sido uno de los titulares que hemos leído por estos días. Para mi la cobardía es de la “gran prensa” que no denuncia las agresiones que sufren nuestros niños y de una Ministra de Educación que guarda silencio mientras se consagra la represión. Para mi la cobardía es de todos quienes hemos permitido que se reprima brutalmente a los jóvenes. El caso de Música es apenas la punta del iceberg de la violencia policial. Amnistía Internacional Chile lo sabe, UNICEF lo sabe, los abogados de DDHH lo saben, Víctor Salas y tantos otros, lo saben. Los editores de Chile no lo saben, o no lo quieren saber.


Jaime Díaz Lavanchy
Documentalista Director Documental “La Revolución de los Pingüinos”


Respecto de las informaciones censuradas tengo que decir:
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Video de denuncia de María Música y su madre:

sábado, 30 de agosto de 2008

CANTA EL COMPAÑERO JORGE SALERNO

Jorge Salerno fue un estudiante de agronomía, militante social, miembro del Consejo de la Facultad de Agronomía y delegado en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).
Formó parte del MLN-Tupamaros hasta que fuera asesinado, luego de la toma de Pando.




La toma de Pando

"(...) Tanto Salerno como Cultelli son alcanzados por las ráfagas de ametralladoras. Cada uno presenta por lo menos, cinco impactos de bala. Aparentemente Cultelli muere instantáneamente. La forma en que fallece Salerno, en tanto, es confusa y está comprobado que su deceso no se produce en forma inmediata." (Diario De Frente, viernes 10 de octubre de 1969). "(...) da cuenta de los sucesos ocurridos en las proximidades de la escuela y establece que Salerno murió desangrándose, en medio de un círculo de policías. El vespertino agirma que, tirado sobre el pasto, sangrando profusamente por las heridas de bala y atontado por los golpes, el extremista pronunció 'linda manera de ganarte la vida tenés' y ya no volvió a hablar. Unos veinticinco policías y soldados hacían círculo en torno a la escena. El fotógrafo registró todo: el muerto, el herido que trata de articular palabras sin sentido, el oficial joven y regordete que caminaba de un lado para otro dentro del círculo. '¿Quién dejó llegar hasta aquí a la prensa?' gritó el oficial. Un agente de Policía echó leña al fuego, sugiriendo: rómpanle la máquina. El herido, joven, rubio, con los ojos entreabiertos, yacía junto a su compañero muerto, tiñendo de sangre el pasto, muriéndose de a poco". (Diario Nuevo El Plata, 9 de octubre). Cerco y Muerte En cuanto a Salerno, se sabe que se lo dejó desangrar, ante la negativa del oficial del grupo, al pedido de un crnoista de solicitar una ambulancia. El mismo oficial además, pisoteó y pateó al herido a voluntad. (Fernando Rodríguez, Actas Tupamaras, una experiencia de guerrilla urbana, 19ª edición, Editorial TAE, Montevideo, 1994).



Esta es una grabación no profesional. Son temas de Jorge Salerno interpretadas por el propio Salerno recuperadas después de su muerte grabadas durante una reunión estudiantil.

El pobre y el rico (J. Salerno)






Pare gringo (Jorge Salerno)



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De ahí Soy yo - Bersuit Vergarabat

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Enviado por Marcela

A Mónica la decapitaron a patadas

http://mqh.blogia.com/



A la ciudadana uruguaya la mataron enterrándola viva en un hoyo en el desierto y golpeándole la cabeza hasta decapitarla. Pertinente pregunta: ¿Podemos reconciliarnos con las hienas que la asesinaron?






Mónica Benaroyo es el nombre de la joven cuyos restos fueron encontrados en un terreno del ejército de Arica, en Pampa Chaca, en julio de 2008. Aunque parezca sorprendente, aparentemente nadie sabía ni de su existencia ni de su muerte.




Nunca apareció en las listas oficiales de desaparecidos durante la dictadura. Simplemente alguien un buen día encontró sus restos momificados en el desierto. Sin cabeza. Todavía guardaba el cadáver una cajetilla de cigarrillos Hilton entre sus ropas. Y un billete de la moneda escudo. Todo lo que se sabía entonces era que había muerto en la década de los setenta.

Sin embargo, la policía reconstruyó rápidamente su historia. Su identidad la trazó la Policía de Investigaciones hidratando su piel para extraer sus huellas digitales (en La Nación).

Se llamaba Mónica Cristina Benaroyo Pencu. Había nacido en Rumania, y era uruguaya. Estudió filosofía, dominaba varios idiomas y se ganaba la vida como traductora. Tras vivir un tiempo en Buenos Aires, se trasladó a Arica, en Chile, donde había encontrado empleo en la alcaldía.

Para agosto, Investigaciones había localizado a su hermana Fernanda, en Estados Unidos, a la que se le extrajo una muestra de sangre para comparar su ADN con el de Mónica (La Estrella de Arica). Pese a que este análisis aún no se lleva a cabo, pocas dudas caben sobre la identidad del cuerpo, ya que sus huellas dactilares corresponden con los archivos del Registro Civil de Santiago, donde Mónica estaba inscrita como extranjera residente.

El prefecto de Investigaciones José Cabión, en uno de los telediarios de TVN del 4 de agosto, dijo que la traductora era miembro del Partido Comunista del Uruguay y que había sido expulsada del país -mediante decreto- aparentemente en septiembre de 1973, la fecha en que desapareció.

De momento, nada más se sabe de ella. Sus antiguos amigos y compañeros guardan silencio. O quizá no la recuerdan.

Mónica Benaroyo fue vista con vida por última vez el 11 de septiembre de 1973. Fue detenida por militares y trasladada a un recinto militar. La historia oficial del régimen pinochetista pretendía que Mónica había sido expulsada y por tanto nada podrían saber sobre su destino ulterior. Pero la orden de expulsión evidentemente se fraguó para ocultar la espantosa muerte a que fue sometida.

Pese a que inicialmente se especuló que el cadáver de Mónica había sido mutilado por animales, aparentemente las evidencias indican otra cosa. Según el columnista Eduardo Contreras, "la compañera fue enterrada viva en la arena cerca del mar dejando afuera su cabeza, la que los uniformados patearon hasta decapitarla" (En El Siglo).

La espeluznante cobardía y crueldad del militar pinochetista es, hoy, conocida por todos y por doquier. También conocemos otros casos de increíble y demoníaca impiedad. El general Manuel Contreras extraía los empastes y dientes de oro de los asesinados para vender luego las piezas en el mercado. El mismo general se entretenía sacando los ojos de algunos de los prisioneros a los que posteriormente haría desaparecer. Otros introducían ratas en las vaginas de las detenidas. Otros torturaban a hijos de detenidos. Algunos oficiales obligaron a detenidos a matarse entre ellos, como hicieron más tarde los serbios en su campaña de exterminio de la población musulmana. Conocemos otros numerosos casos de la demoniaca crueldad de la mente fascista.

Siempre ha intrigado la violencia y crueldad de los fascistas y otros elementos de extrema derecha. Y para su comprensión es de interés estudiar esos tipos de violencia. Interesan esos detalles, porque abren la puerta a una suerte de investigación y reflexión que nos llevan fuera de este mundo. El ser humano puede ser violento, y a menudo lo es. Y puede incluso ser irracional. Pero la violencia fascista rebasa las teorías existentes.

Normalmente hablando, la violencia entre los hombres tiene un propósito. Con la violencia se busca un fin relativamente comprensible. La violencia nazi buscaba el exterminio de un pueblo. Pero debía ejecutarse mediante la opresión, humillación y reducción de sus miembros a la calidad de cosa. Estando en vida, y hasta su muerte, debían ser tratados como cosas. Al primitivo pueblo germano de la época le había dado por creerse superior al resto de la humanidad y se negaba a compartir el espacio con otras razas.

Un razonamiento similar, pero con otros fines, guiaba la increíble crueldad del régimen comunista de Camboya, para cuando los Kmer Rouge habían transformado el país en un inmenso y tenebroso campo de concentración y exterminio.

Al final, esos dos regímenes se nutrían de sangre y muerte y sus dos enemigos iniciales -judíos en un caso y contrarrevolucionarios y ricos en el otro- no eran suficientes. El listado de los indeseables se fue extendiendo poco a poco. A los gitanos. A otras razas extranjeras. A deformes. A enfermos mentales. A homosexuales. A taxistas. A profesores de escuela. A secretarias. A arquitectos. A médicos. La mente fascista, se exprese en ideologías de derecha o de izquierda, es una mente desenfrenada, bárbara, enferma de poder, arbitraria. Y sobre todo estúpida e insulsa. Es banal como el Mal y, como el fascismo español, odia la inteligencia.

Reflexionando sobre qué caracteriza la violencia de la extrema derecha, leí las confesiones de un cabecilla de las milicias paramilitares colombianas, descritas en un reportaje que encontré en piensaChile y que fueron también publicadas en El Espectador de Bogotá. Hebert Veloza confesó haber asesinado, entre 1994 y 2003, a unas tres mil personas. El que era conocido como HH "reconoció que murieron más inocentes que culpables", agregando que "así es la guerra". Reconoció que recurría a decapitar y mutilar los cuerpos de las víctimas para aterrorizar a los campesinos. "Cuando llegamos a Urabá", dice, "decapitamos a mucha gente, era una estrategia para promover el terror, para que tuvieran más miedo de nosotros que de la guerrilla".

En un reportaje publicado en Los Angeles Times sobre los equipos de exhumación que recorren Colombia para localizar fosas comunes e identificar a las víctimas de lo que algunos llaman guerra civil, los antropólogos físicos confirman que era una práctica común que los verdugos paramilitares mutilaran y decapitaran a sus víctimas, destruyendo los documentos que pudieran identificarlos (Los Angeles Times).

Pareciera que el propósito principal de esos soldados mercenarios (no hay que olvidar que a diferencia de los combatientes de izquierda, los paramilitares son simplemente asesinos a sueldo, a los que se paga por sus crímenes) es infundir terror, exhibiendo y haciendo gala de su amplio repertorio de torturas y violencias. Por esta razón, cuando llegan a alguna región, empiezan torturando y matando indiscriminadamente, sin distinguir ni perdonar a nadie, hombres, mujeres y niños, ni a partidarios o enemigos. En esta violencia los enemigos son simplemente los otros. No interesa indagar si la gente que va a ser asesinada participa o no de tal o cual ideología. Para el asesino de extrema derecha es indiferente. Quiere que la gente le tenga terror, eso es todo. Arranca a niños de los vientres de sus madres y cuelga sus cadáveres en las ramas de los árboles para indicar que ha llegado y que todo aquel que no se someta a su autoridad -arbitraria e irracional- correrá igual o peor destino.

Los paramilitares, según confiesa Veloza, dejaban los cadáveres para que fueran vistos por los sobrevivientes. "En Urabá, cuando comenzamos, dejábamos los cuerpos en el mismo lugar donde las personas eran muertas", dice. Pero luego las autoridades políticas -que hoy niegan, como el presidente Uribe, sus vínculos con la extrema derecha- les obligaron a hacer desaparecer a las víctimas y encubrir los crímenes.

En muchos de los casos de violencia en Chile durante la tiranía pinochetista no se advierte el propósito ni de las torturas ni del espantoso fin reservado a algunas personas. En los primeros días del golpe aparecieron las calles de Santiago, por ejemplo, sembradas de cadáveres -no de opositores ni combatientes, sino simplemente de lustrabotas. Esa gente fue asesinada sólo para infundir terror. Nadie les preguntó si eran allendistas o si preferían a los militares. Otros muchos fueron atrapados por la infernal máquina del crimen que fue la dictadura. Murieron muchos inocentes, pero no por error, sino por voluntad de las hienas de mayor rango.

Pero asesinatos como el de Mónica Benaroyo, o el de las víctimas a las que Manuel Contreras extrajo sus dientes de oro, son aparentemente ininterpretables. Sus cadáveres serían hechos desaparecer. Nadie vería nunca ni su cuerpo enterrado en un hoyo en el desierto ni las bocas de los muertos arrojados al mar. No se les dio ese fin tan horrendo para infundir terror ni para escarmiento. Simplemente se les mató así por placer y por odio. Sin causa aparente, sin motivo, sin propósito. Como mataba el general Joshua Milton Blahyi, el militar liberiano que tenía pacto con el demonio y se alimentaba de corazones humanos. Y también como mata el militar colombiano de hoy, que se da el trabajo de vestir a sus víctimas inocentes con el uniforme de las tropas revolucionarias.

Para los pensadores católicos, este tipo de indagaciones son imprescindibles a la hora de determinar la naturaleza de la violencia. Y por lo general se ha concluido que la violencia sin propósito, la violencia que sólo es odio o se ejerce por placer delata la presencia del inframundo, como en los siglos dieciséis y diecisiete las prácticas religiosas que incluían la tortura y el canibalismo delataban igualmente la presencia del Mal en la Tierra.

Se pregunta Eduardo Contreras si acaso es posible que haya reconciliación "con estos salvajes". La pregunta es retórica. La lucha contra el Mal no admite claudicación y la lucha por la libertad y la vida se inscribe en el permanente combate entre el Bien y el Mal. Estoy pues de acuerdo con el columnista de El Siglo. Según veo yo las cosas, la reconciliación con esos criminales y la gente que los azuzó no es ni posible ni deseable.






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PD: Anteriormente ya se estaba buscando a Mónica

http://elmuertoquehabla.blogspot.com/2007/11/deasaparecida-en-chile.html




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Himno de Chile y la realidad chilena

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Gracias: Lauskaro
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Evo pueblo, la pelicula

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Trailer









La película entera podes verla en CINE REBELDE

http://cinerebelde.blogspot.com/2008/08/evo-pueblo.html

Entrevista a su director Tonchy Antezana: "es un cine como mi país: pobre, pero digno"

'Evo Pueblo', la película del presidente

Leer mas


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viernes, 29 de agosto de 2008

Miguel Sofía : El pituco del escuadrón de la muerte

Pruebas contra Miguel Sofía en la justicia.

La investigación de los crímenes del Escuadrón de la Muerte avanza sobre el brazo civil de la organización parapolicial y paramilitar. El indagado más comprometido es Miguel Sofía, un millonario empresario de la comunicación, otrora integrante de la jup y del Comando Caza Tupamaros.



Walter Pernas
Las pruebas contra “José” –ese era el alias de Miguel Sofía en el Escuadrón de la Muerte– son variadas: abundan los testimonios que lo involucran en acciones ilegales de la Juventud Uruguaya de Pie (jup), y otros cualitativamente muy importantes –por tratarse de sus ex cómplices– lo señalan como uno de los civiles operativos en casos de atentado y desaparición forzada de personas.
A la vez, declaraciones de un ex legislador
lo vinculan a actividades delictivas en la época represiva predictadura, en tanto que el acopio de información de prensa de los años sesenta y setenta ayuda a armar el rompecabezas del Escuadrón, en el cual Sofía encastra como pieza importante.
La declaración brindada a los tupamaros por el ex fotógrafo policial Nelson Bardesio –mientras estuvo secuestrado en 1972 en la denominada “Cárcel del Pueblo”– es particularmente reveladora.
Bardesio, un
integrante del Escuadrón de la Muerte que ahora se encuentra detenido en Argentina bajo proceso de extradición hacia Uruguay, describió con lujo de detalles cómo se realizó en agosto de 1971 el secuestro y la desaparición forzada del estudiante Héctor Castagnetto.
En ese testimonio sostuvo que Sofía participó del secuestro, tortura y desaparición del joven. “A primera hora de la mañana llegaron los dos funcionarios en compañía de Miguel Sofía, a quien llamaban José y que había sido presentado por (Pedro) Crosas en el ministerio como su principal ayudante.
Por comentarios en el ministerio, sé que José pertenecía a la jup;; al igual que Crosas, parecía tener gran confianza con el subsecretario Acosta y Lara, concurriendo asiduamente al despacho de éste. Al llegar José y los dos funcionarios, Delega y yo nos fuimos, quedando Freitas* en la casa de la calle Araucana”, declaró Bardesio.

En esa casa fue torturado Castagnetto, y luego su cuerpo entregado al capitán Nader para que lo tirara al mar.

El ex fotógrafo policial dijo también:
“Por lo que sé, el Comando Caza Tupamaros está integrado por Crosas, Sofía, el oficial inspector Freitas como enlace, Delega y los dos funcionarios entrenados en Brasil. De éstos, cuyos nombres no recuerdo, sé que pasaron al Departamento 5.

Crosas y José (apodo de Sofía) desaparecieron pocos días después de lo de Castagnetto, y tras cobrar una gruesa suma de dinero en el ministerio dijeron que viajaban a Brasil, pero a José lo vi en Montevideo al día siguiente de las elecciones festejando el triunfo” (véase Brecha, 24-VIII-08).


A pesar de que Bardesio intentó luego desmentir su versión señalando que había declarado bajo “apremios psicológicos”, unos días antes había señalado a legisladores y representantes del gobierno que era verdad lo que había contado a los tupamaros.

Uno de los que estuvo en esa reunión, en representación de Wilson Ferreira Aldunate, fue su hijo Juan Raúl. El ex legislador confirmó la semana pasada a la justicia que Bardesio admitió en esa reunión que era real lo que había declarado a los tupamaros y que por eso si lo entregaban a la Policía era hombre muerto.


Parte del relato de Bardesio fue reafirmado, con matices, por el oficial retirado Pedro Walter Freitas en entrevista con Brecha. Freitas no involucra a Sofía en el caso Castagnetto –dice que no ve las caras de los individuos que participan además de Bardesio–, pero lo describe como un “pituco” que entraba y salía del despacho del subsecretario del Interior, Armando Acosta y Lara –en momentos en que en esas oficinas funcionaba la organización parapolicial–, y que iba acompañado por un paraguayo (véase Brecha 8-VIII-08).

Además, el ex comisario jefe del Departamento de Inteligencia y Enlace, Alejandro Otero, declaró que de acuerdo a lo que supo mientras estuvo en el edificio de la Jefatura de Policía, Sofía era uno de los que tenía “licencia” para entrar y salir de las oficinas de la misión estadounidense y del Ministerio del Interior, tanto como Bardesio.


PRENSA REVELADORA.


Todos señalan la vinculación de Sofía con la jup, aunque el propio indagado lo negó ante la justicia. Brecha ubicó un ejemplar de la revista Cuestión, fechada el 10 de junio de 1971, en la que se revelan decenas de nombres de integrantes de la jup y las relaciones de esta organización con el Ministerio del Interior y el Escuadrón de la Muerte

En un artículo, el periodista E L Mokossian señala: “La jup comenzó a cobrar vuelo y sentirse materialmente apoyada en fecha que coincide, muy sintomáticamente, con la asunción al Ministerio del Interior del doctor (Santiago) De Brum Carbajal.

Suspicaces observadores políticos coincidieron en señalar por entonces (enero del 71) que desde la propia secretaría de Estado se alentaba la creación de una fuerza parapolicial, financiada, armada y entrenada por la propia Policía.
No pasó más que de versión oficiosa pero parecía tener algunos fundamentos.

En efecto, las relaciones jup-De Brum debieron ser sumamente estrechas cuando el ministro, durante uno de sus múltiples anuncios del finalmente implantado Registro de Vecindad, indicó que serían los jóvenes de pie, junto a la Policía, los encargados de llevar a la práctica el censo que (vaya coincidencia) tiene como patrón el implantado por las huestes del nazismo en la Alemania de Hitler.

Y recientemente, en su discurso del 4 de mayo por cadena de radio y televisión, fue el propio ministro del pachequismo quien se encargó de dar aliento a los grupos fascistas
de la jup que pocos días antes habían sido responsables de balear a estudiantes del liceo Bauzá, ocupar ese y otros centros de estudios y promover la situación caótica que da pie a la Interventora de Secundaria para clausurar más de una decena de liceos, suspender alumnos y profesores y promover la detención de varios centenares de éstos”.
El periodista señala que “los jóvenes de pie apenas son un puñado en los distintos centros de estudios secundarios, y por lo tanto fácilmente identificables”. Así, sostiene que “en el liceo Varela fue individualizado y expulsado por actitudes antigremiales Miguel Sofía”.

SOFÍA HOY.


Luego del golpe de Estado, Sofía cumplió funciones como diplomático. Fue jefe de la sección de pasaportes de Relaciones Exteriores y funcionario de confianza en la Embajada de Uruguay en Estados Unidos, cuando el embajador era Jorge Pacheco.

Terminó expulsado de ese país –según consta oficialmente– por robar en un supermercado. No obstante, el ex legislador Juan Raúl Ferreira hace otra lectura de este personaje involucrado en un atentado contra Wilson (véase nota aparte).


La dictadura le regaló a Sofía una radio, a la que llamó Emisora del Plata;; cuando sus cuentas crecieron fundó el Grupo del Plata, y adquirió otras varias radios, las que acaba de vender a un grupo mexicano en un negocio millonario. Actualmente es el dueño de Sistemas de Comunicaciones, “la única empresa designada como representante y distribuidora autorizada de Motorola Inc en el sector Soluciones para el Comercio, Industria y Gobierno” para Uruguay. De hecho, es un proveedor habitual del Estado en equipamiento de radios para comunicación interna. Los tiempos de la jup y del Escuadrón han pasado, y Sofía pretende ocultarlos, pero próximamente deberá enfrentar a la justicia, con alto riesgo de terminar en la cárcel. Se refiere a Pedro Walter Freitas (véase Brecha 8-VIII-08).

Sofía involucrado en atentado contra Wilson. Dudosa expulsión de Estados Unidos.

El ex senador Juan Raúl Ferreira declaró ante la justicia que en 1972 el integrante del Escuadrón de la Muerte Miguel Sofía estuvo involucrado en un atentado contra su padre, el líder blanco Wilson Ferreira Aldunate.

El ex legislador sostuvo también que él fue amenazado de muerte en 1978, en Washington, y que unos diez días después sospechosamente Sofía fue expulsado de Estados Unidos.
Consultado por Brecha, Juan Raúl Ferreira relató los hechos: “Nosotros vivíamos en el séptimo piso de avenida Brasil 3136. El 28 de enero de 1972, en pleno período de escrutinio inconcluso,* Wilson habla desde el balcón del primer piso, donde vivían los Amorín Zorrilla, una familia muy amiga de la nuestra.
La manifestación fue reprimida con gases lacrimógenos y con agua, el propio Wilson fue volteado por los que llamábamos los ‘guanacos’ de aquella época. Pocos días después –pudo ser el 31– se reciben amenazas de muerte en nuestro apartamento del séptimo piso. Yo bajo al primer piso a contarle a mi amiga Inés Amorín.
Ella estaba estudiando de espaldas al balcón, que aún tenía las balconeras de Wilson. Le conté de los hechos, y en determinado momento ella se recuesta hacia adelante, sobre la mesa donde estaban sus libros, y el respaldo de su silla queda agujereado por un balazo: se salvó por casualidad.


En ese episodio, donde intervino la justicia civil, todos los involucrados eran de la jup, y entre ellos el señor Miguel Sofía. Los indagados declararon que se trataba de problemas de noviazgos, y cosas personales, pero los hechos objetivos son los que narré. Una de estas personas terminó procesada –no recuerdo cuál– pero por un delito menor, quizá tenencia ilícita de armas”. Además Ferreira relató que unos años después, viviendo exiliado en Estados Unidos, comenzó a recibir amenazas de muerte.
A pedido de Wilson realizó la denuncia ante la Policía Metropolitana de Washington, y ese organismo la trasladó al fbi.
“El 30 de junio de 1978 sale en el Washington Post y en 200 periódicos de Estados Unidos una columna del periodista Jack Anderson, conocido por su buena información de fuentes investigativas. El título del artículo fue: ‘Exiliado latino teme por su vida’, y cuenta, basado en fuentes investigativas, que la Policía Metropolitana interceptó los llamados telefónicos del señor Ferreira.

Según está publicado, uno de los investigadores le dijo al periodista: ‘Tenemos la esperanza de identificar exactamente el número desde donde se están enviando estas amenazas (…) creemos que deben estar viniendo de la misión militar de Uruguay en Washington’.
Al terminar la nota, el periodista señala que ‘la policía dijo con ironía: definitivamente no queremos otro caso Letelier en Washington’.

Al pie de la página, el periodista señaló: ‘El portavoz del Departamento de Estado nos dijo que han tomado nota de estas amenazas y han hecho todo lo posible para notificar por las vías diplomáticas apropiadas a las autoridades de seguridad los pasos a tomar’.
Y luego el funcionario señala, según la nota, que además de esa acción ‘no hay otra cosa que el secretario de Estado pueda hacer más allá de rezar’. Yo era muy gurí, y no le di la trascendencia a esas palabras, pero muchos años después fui embajador, y me di cuenta de que esa declaración del Departamento de Estado, que involucra a un gobierno con el que tiene relaciones diplomáticas, y que dice que el secretario de Estado va a rezar, es un lenguaje diplomático muy fuerte. Unos días después, quizás algunas semanas después, el señor Sofía, que era secretario de prensa de la Embajada de Uruguay en Washington, fue declarado persona non grata, y él declaró que había sido por robar quesos en un supermercado.

Yo, sin juzgarlo, digo que ese hecho de la expulsión de Sofía de Estados Unidos se da pocos días después de las declaraciones de la Policía Metropolitana de Washington y del Departamento de Estado estadounidense”.

Ferreira se enteró luego de una nueva situación que involucra a Sofía, y que aumenta sus suspicacias: “Posteriormente a su expulsión, Sofía fue designado por el régimen dictatorial como funcionario de confianza de la embajada uruguaya en Taiwán. En viaje a Taiwán –en la época en que no existía la ‘visa de tránsito’, y si uno quería ir a Estados Unidos viajaba sin tener que declarar qué iba a hacer–, Sofía tenía previsto hacer escala en San Francisco, pero el Departamento de Estado de Estados Unidos no lo dejó embarcar. Sofía tuvo que viajar
a Taiwán por Europa”. W P Las elecciones de noviembre de 1971 aún no tenían ganador. Luego, en febrero de 1972, la Corte Electoral proclamaría a Juan María Bordaberry como presidente. Los blancos denunciaron fraude

Ferreira observa la imagen de su padre de vuelta del exilio, el 16 de junio de 1984.

Sofía fue expulsado de EEUU tras amenazar a Ferreira. JUAN RAÚL FERREIRA EVOCA SUCESOS DE WASHINGTON DE 1978.

CARASyCARETAS

El ex senador Juan Raúl Ferreira recordó para CARASyCARETAS los hechos ocurridos en Washington DC -donde estaba exiliado- tres décadas atrás, cuando recibió amenazas de muerte, y poco después su gobierno expulsó a Miguel A. Sofía -acusado por Nelson Bardesio de integrar el Escuadrón de la muerte- quien era agregado de prensa de la embajada uruguaya en EEUU.

Ferreira repasó aquellas circunstancias de 1978, y manifestó su confianza en las investigaciones que hoy desarrolla la magistratura para esclarecer las acciones de la ultraderecha terrorista asociadas con Bardesio, hoy detenido en Buenos Aires a la espera de una extradición. Votante de la ley de caducidad en 1986, el ex legislador sostuvo que la bancada blanca, por entonces acaudillada por su padre Wilson Ferreira Aldunate, nunca pensó que aquella ley se convertiría en una amnistía que consagrara la "impunidad" de los actores estatales en los casos de crímenes de lesa humanidad ocurridos en los años de plomo. Ferreira, de 55 años, quien es actualmente consultor independiente, reveló que respalda con entusiasmo la precandidatura presidencial de Jorge Larrañaga. En 2004 apoyó a Luis Alberto Lacalle. Esta es una síntesis del diálogo mantenido.

¿Cómo fueron los sucesos de Washington de 1978?

En ese momento yo vivía en el 922 de la calle 24 de la ciudad de Washington (EEUU). Trabajaba en Whola y estudiaba en la universidad. Ahí recibí amenazas a las que no le asigné, en su momento, significación. Lamentablemente, desde muy joven, estuve envuelto en situaciones complejas: no sé, recuerdo todo lo que fue aquello de la Argentina, dos años antes. Los asesinatos de Zelmar Michelini, del Toba Gutiérrez Ruiz, la salida de mis padres rumbo a Europa... El apartamento que ocupaba en el jefferson House no tenía teléfono con contestador automático. Cuando uno se iba del edificio, derivaba el teléfono hacia la portería y ahí tomaban los mensajes, que quedaban en el casillerito que cada unidad poseía. Ahí empecé a recibir mensajes que no tendrían que llamar la atención del portero, sí me daba cuenta qué pretendían, pero insisto en que no me los tomé muy en serio.

¿Qué decían esos mensajes?


Decían cosas como: "Gutiérrez Ruiz te llamó por teléfono porque te quiere ver pronto"; "dice Michelini que en los próximos días se van a ver", y algunos estaban firmados por Armando Acosta y Lara (NdeR: Michelini y Gutiérrez Ruiz habían sido asesinados en Buenos Aires en 1976; Acosta y Lara, en Montevideo, en abril de 1972, acusado de organizar un escuadrón de la muerte, según el policía Nelson Bardesio). Y yo no hice las denuncias. Creo que fue por irresponsable, yo qué sé... Y un día, llegan de Londres mamá y papá, y no sé cómo, mamá encontró, dentro de una media, varios papelitos que contenían esos mensajes. Mi madre se asustó; papá, lo tomó más serenamente. Wilson me dijo entonces que cumpliera con la formalidad de hacer una denuncia policial. Lo hice, y a los pocos días recibí una visita de la policía metropolitana. Me hicieron un interrogatorio en casa, muy amables. No debemos olvidar que hacía poco había muerto en EEUU, en un atentado, el chileno Orlando Letelier (NdeR: del gobierno del depuesto presidente Salvador Allende, en una operación concebida por la Inteligencia de Augusto Pinochet). La policía estaba muy atenta. Esa policía nutría de información al prestigioso periodista Jack Anderson, cuyas columnas eran muy leídas por su seriedad, por las fuentes a las que accedía. Pocos días después, me visitaron dos agentes del Federal Bureau Of Investigation (FBI). Para Wilson eso significaba que algo habían encontrado. Pasaron los días, y yo sinceramente me enteré por la prensa...

¿De qué cosa?

En concreto, en su prestigiosa columna que publicaban unos 200 periódicos en todo el mundo, Jack Anderson decía que Washington temía que se pudiera producir otro caso Letelier. Y señalaba -en la versión del Washington Post, que conservo, del 20 de junio de 1978-, que según "fuentes investigativas", un exiliado uruguayo recibía amenazas; daba una historia resumida de lo que yo hacía en EEUU, de quién era mi padre, etc, y fuentes del FBI decían que habían interceptado el teléfono, pudiendo establecer su origen y añadían que creían que procedían de la misión militar uruguaya en EEUU...

¿Quién era en ese momento el agregado militar?

Era el general Luis Queirolo

¿Y el embajador uruguayo?

El brigadier José Pérez Caldas, comandante de la Fuerza Aérea cuando el golpe en 1973. Y sigo con el artículo, que concluía citando declaraciones de fuentes del Departamento de Estado, que afirmaban que se habían tomado las medidas diplomáticas pertinentes, y que ahora sólo quedaba rezar, algo realmente fuerte. Cuando se enteró Wilson, quería que me fuera unos días a Londres.

¿Y qué paso en concreto? ¿Qué "medidas diplomáticas" tomó el gobierno estadounidense?

No recuerdo bien cuántos días pasaron. Fueron dos, tres... No recuerdo, pero el gobierno norteamericano declaró persona no grata" a Miguel Sofía, que era agregado de prensa de la embajada uruguaya.

¿Es la misma persona a la que el policía Bardesio acusó en 1972 de integrar el Escuadrón de la muerte?

Sí, es el mismo. Sofía creo que hacía menos de un año que estaba en Washington.

¿Y qué explicación oficial se dio? ¿Por qué la expulsión?

Miguel Sofía, curiosamente lo que dijo fue que había tenido un incidente en un supermercado porque se había llevado un queso... en fin.

¿Y qué pasó después?

Lo concreto: él se tuvo que ir de EEUU. Queirolo volvió al poco tiempo a Montevideo. Uruguay expulsó a un funcionario americano que trabajaba en el tema derechos humanos, en represalia. Después de eso, Miguel Sofía fue designado en la embajada uruguaya en Taiwán.

¿Cumpliendo qué papel?

Tengo entendido que como agregado de prensa... Sé que tenía que hacer una escala técnica en Washington para poder llegar a Taiwán, y no lo autorizaron a pisar territorio norteamericano. Estos son los hechos que recuerdo. Pasaron muchos años. Por suerte la memoria es selectiva. Esto es lo que recuerdo, así, rápidamente.

¿Qué es lo que queda para usted claro, firme, en la perspectiva de tres décadas?

Y lo que queda claro es que los escuadrones de la muerte en aquel Uruguay del primer tramo de los 70, funcionaban. Recuerdo muy vividamente el atentado con bombas contra la casa del profesor Juan José Crottogini, un médico muy prestigioso y muy querido por mi familia. Entonces las declaraciones de Bardesio y del otro policía Nelson Benítes, hay que mirarlas con mucho cuidado. Hubo escuadrones, hubo despliegue represivo de la dictadura, Operación Cóndor. Los militares uruguayos querían silenciar a los opositores aquí adentro y también afuera. Poco después de esto que le relataba, mi padre recibe en su apartamento en Londres una visita de funcionarios de Scotland Yard, quienes le dicen que tienen información de que un comando uruguayo podría viajar a Gran Bretaña para atentar contra su vida. Y durante un período no menor a los seis meses tuvo una custodia policial visible: un agente en la puerta del edificio, y otro en la puerta del propio apartamento.

Sobre todos estos hechos, en los últimos años, ¿se avanzó más en el conocimiento de los hechos? ¿Han surgido más testimonios, documentos, algo...?

Mucho sigue en la sombra. Tenemos por la misma época el caso del vino envenenado; la muerte de la esposa del senador Mario Heber, que integraba el triunvirato de dirección del Partido Nacional.
No, no se supo más.
Pero tengo mucha tranquilidad porque veo que la Justicia está actuando con mucha seriedad y responsabilidad.
Lo de Bardesio y su pedido de extradición es por demás indicativo. Pasó mucho tiempo, es cierto. Pero veo una voluntad clara de la Justicia'dé llegar al fondo. Bardesio, la ultrade-recha terrorista, los atentados, las muertes. En enero de 1972 el edificio en el que vivía su padre Wilson Ferreira -por entonces líder de la oposición blanca en avenida Brasil en Montevideo, fue blanco de un aparente atentado con arma de fuego. Eso es lo que se dijo en su momento.

Sí, año 1972, fines de enero, después del cumpleaños de mi padre, nosotros vivíamos en avenida Brasil 3136, en el apartamento 701. En el primer piso vivía la viuda del embajador Amo-rín, Inés Zorrilla, que tiene hasta el día de hoy una relación de hermana con mi madre. Y Wilson, cada vez que había una manifestación de apoyo, hablaba desde el balcón del primer piso.

Cuando termina el período electoral de 1971, se sacan todas las halconeras pero queda la de primer piso, que era como un apéndice de la casa nuestra.
El 28 de enero papá celebra su cumpleaños. Hay una concentración de personas, que terminaron siendo objeto de represión, gaseados, en aquellos terribles años.

Dos o tres días después del cumpleaños, mis padres estaban afuera, en el campo, y yo recibo varios llamados con amenazas. En un momento bajé al primer piso y cuento a la familia Amorín Zorrilla lo molesto de aquella situación. Y de pronto, estando en el comedor, se escucha el ruido de un disparo y veo que la silla en que está sentada Inesita (Amorín Zorrilla) tiene un agujero. Una bala
había atravesado la silla. Inesita se salvó por casualidad. Entonces asociamos amenazas de muerte, atentado contra el piso uno, que es donde vive Wilson según se pensaba...

¿Qué dijo la Policía y que decidió la Justicia?

Lo que se sabe es que tres personas estaban involucradas. Ahora recuerdo los nombres de Daniel Barreiro y de Miguel Sofía, y eran todas personas vinculadas a la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), pero la investigación se inclinó a atribuir el hecho, más que a lo político, a un atentado contra Wilson, a un asunto de amor, a una vendetta relacionada a cuestiones del corazón

¿Que se resolvía a balazos?

Bueno, eso es lo que se dijo en aquel momento tan especial de nuestro país. Y hubo un procesamiento pero por un delito menor, que era el porte ilegal de armas. Lo concreto es que Inesita salvó la vida por casualidad. Y aquella silla se conserva, aún, como una reliquia con el orificio de bala...

Siendo usted senador, en diciembre de 1986, votó la ley de caducidad. Su aplicación concreta en los años siguientes ¿estuvo en sintonía con lo que el wilsonismo pensaba iba a ocurrir?

Esta ley es fruto de un momento histórico totalmente distinto al que estamos viviendo ahora.
Es evidente que esta ley con Wilson vivo hubiera sido otra cosa. Más allá de que se derogue o no, la ley preveía una cantidad de situaciones y de hipótesis que nunca se aplicaron, por falta de voluntad política.

A la vista está que Juan María Bordaberry está preso y la ley de caducidad sigue vigente.

José Gavazzo está preso, y están por extraditar a Bardesio. Se investigan los escuadrones de la muerte. El artículo 4o de la ley fue puesto para que se cumpliera.
Fue redactado para que se investigaran los casos de desaparecidos. Pero en los hechos implicó sancionar una amnistía general e irrestricta... Era una ley no prevista para consagrar la impunidad. La ley no era de impunidad, se hizo de impunidad. Y hoy no hay impunidad, y la ley sigue vigente.

¿Usted no va a firmar para anularla?

Yo no quiero intervenir en este debate. Voté esta ley por una decisión política de mi padre, que hoy no está. Veo, además, que la ley se aplica hoy en día. Y se han empezado a dar pasos importantes.

JORGE BATLLE Y SUS IDEAS SOBRE EL ESCUADRÓN

El documento confidencial que incrimina a Jorge Batlle


Samuel Blixen (Brecha)

Ser o no ser (ideólogo de los escuadrones de la muerte): la duda del príncipe danés convierte a Jorge Batlle en un Hamlet criollo. El ex presidente eludió confirmar o desmentir lo que un embajador estadounidense informó a su canciller en 1972. A cambio de
mantener la duda, Batlle desistió de acusar al tupamaro Julio Marenales por difamación.

"Le perdonó la vida. Lo podía mandar en cana", dijo, suficiente, el diputado colorado Daniel García Pintos, inclinándose sobre un correligionario, pero en realidad hablando para la tribuna. La bravuconada era parte del show que el martes 26 se montó en el quinto
piso del viejo edificio de La Mañana y El Diario, en el lugar que el Poder Judicial destina para los juicios orales y públicos.

La sala estaba abarrotada. En un costado, digamos la Colombes, se arracimaban connotados militantes de la lista 15 en torno a su líder, el ex presidente Jorge Batlle, y su abogado Jorge Barrera. Del lado de la Ámsterdam, Julio Marenales y su abogado Homero Guerrero
apenas sobresalían del cerco de periodistas, fotógrafos y camarógrafos. En la Olímpica, la jueza Aída Vera Barreto sonreía, complacida. Después de una hora y pico de juicio por difamación e injurias, alguien comentó, muy cerca del mentor de Palo y Palo: "Una
payasada". Pero no lo fue.

Será engorroso, pero no ocioso, demostrar que la decisión de Batlle de desistir de la denuncia y "darse por satisfecho" ante lo que cierta prensa calificó como una "retractación" del dirigente tupamaro, mantiene en pie el aspecto esencial de la cuestión: según documentación oficial de Estados Unidos, desclasificada hace cinco años, en febrero de 1972 el entonces derrotado candidato presidencial Jorge Batlle propuso la creación de algo muy similar a un escuadrón de la muerte, afirmación que no fue desmentida por el demandante y que seguramente incorporará otro capítulo al expediente de la investigación sobre los crímenes del Escuadrón, que se sustancia en otro juzgado penal.

Este episodio de "difamación", que permitió a Batlle "defender su honor", fue en realidad un coletazo del empuje que cobró la investigación sobre la desaparición del estudiante Héctor Castagnetto a raíz de la detención en Argentina del ex agente de la cia y fotógrafo policial Nelson Bardesio. A la salida de un juzgado donde, como dice José Mujica, se va a tramitar la campaña electoral, Marenales fue preguntado sobre la responsabilidad de Julio María Sanguinetti en el encubrimiento de los crímenes del Escuadrón de la Muerte. Marenales respondió que si bien no tenía pruebas, sí tenía la convicción de que Sanguinetti y Batlle habían sido los "cerebros políticos" de aquella organización paramilitar y parapolicial.

Batlle, en una conferencia de prensa donde no se admitieron preguntas, anunció su determinación de denunciar a Marenales por difamación ante la justicia. La jueza Vera Barreto fijó la primera audiencia para el martes 26 y convocó a Marenales mediante un
cedulón que fue entregado en la sede del mln el jueves 21. La defensa del dirigente tupamaro advirtió a la magistrada que, debido al feriado del lunes 25, era imposible cumplir con el plazo "no menor de 48 horas" para la presentación de pruebas;; la jueza
desestimó modificar la fecha de la audiencia.

En medio de una considerable expectativa mediática, al comienzo de la audiencia la magistrada aceptó recibir la prueba en que se fundamentaba buena parte de la defensa. Se trataba de una fotocopia de un documento del Departamento de Estado de Estados Unidos,
fechado el 2 de febrero de 1972, y que fue desclasificado a mediados de 2003. Dicho entre paréntesis, los informativos de la televisión privada y algunos programas radiales no registraron el detalle y refirieron simplemente a una publicación de Búsqueda que
adelantó, en 2003, algunos de los conceptos más sustanciales.

El documento, firmado por el entonces embajador de Estados Unidos en Uruguay, Charles Adair, sintetizaba una serie de entrevistas que funcionarios de la embajada habían mantenido con Batlle. Buena parte de las cuatro carillas rotuladas como "confidencial" fue
dedicada al análisis del papel que jugarían Batlle y los miembros del mayoritario sector del Partido Colorado, Unidad y Reforma, en el gobierno del electo Juan María Bordaberry que se estrenaría un mes más tarde. El análisis consignaba que Batlle, quien deslizaba
diferencias con Bordaberry, se proponía monopolizar la conducción de la economía del futuro gobierno, desde el ministerio y desde el Banco Central y el Banco República.

En el ítem dedicado al "terrorismo", el embajador Adair señalaba: "Como lo había hecho en anteriores conversaciones con nosotros, Batlle repitió que apoya atacar el problema terrorista con un nuevo, pequeño, secreto grupo que pelearía a los tupamaros en sus
propios términos. Dijo que tal grupo tendría que ser establecido fuera de las autoridades legalmente constituidas".

Esos conceptos -que la defensa subrayó en tanto provenían de un muy influyente dirigente colorado, que no podía desconocer la significación de los atentados y asesinatos que la derecha venía cometiendo desde comienzos de 1971- indicaban que Batlle era
partidario -toda vez que su derrota electoral enterraba unos planes de pacificación para incorporar a los guerrilleros a la vida legal y cuyos términos nunca llegaron a conocerse- de impulsar grupos terroristas para combatir a los tupamaros.

Marenales explicó en la audiencia que, puesto que Batlle nunca desmintió la información de prensa que consignaba el contenido del documento diplomático estadounidense, se sintió en el derecho de inferir que Batlle era un "cerebro político" del Escuadrón. Y agregó: "Si esas afirmaciones son falsas, entonces no tendría inconveniente en pedir disculpas".

El condicional de Marenales, que reclamaba implícitamente un desmentido formal de Batlle sobre los conceptos transcriptos por el embajador Adair, quedó flotando en el aire, pero no llegó a sacudir el ambiente porque fue eliminado con un pase de mosqueta: "Si es así, me doy por satisfecho", anunció, rápido, el líder de la lista 15, dejando a los presentes con la duda de si había dicho lo que dijo, o si el embajador Adair había inventado su propuesta de crear escuadrones, que por cierto ya estaban operando.

La jueza Vera Barreto quitó de escena el asunto, preguntándole a Marenales si había tenido intención de ofender. El dirigente tupamaro explicó que no era su estilo agraviar a sus oponentes, y entonces el abogado Barrera anunció que desistía de la denuncia. La jueza
procedió a clausurar la audiencia, y en el apuro olvidó darle la palabra al fiscal Luis Bajac, que bien podría haber reclamado una definición sobre la verdad o falsedad de las afirmaciones contenidas en el documento.




Jorge Batlle esquivando el apuro, los gringos lo deschavaron









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La Sentencia de Bussi y Menéndez

Cadena perpetua a dos represores durante la dictadura pero les permite cumplir la condena en sus casas

Orgullosos de ser asesinos


La lectura de la condena a prisión perpetua a los generales Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez desató la protesta inmediata fuera del juzgado y se produjeron serios incidentes entre los manifestantes y la policía. Los manifestantes esperaban que el tribunal dispusiera que la pena se cumpliera en una cárcel común. Sin embargo, los jueces pospusieron esa decisión.





Incidentes tras la sentencia de Bussi y Menéndez

Tras la lectura del la sentencia condenatoria a Bussi y Menéndez grupos iniciaron incidentes dado que no pasarían el resto de sus días en cárceles comunes sino en sus domicilios





Momento de la sentencia a Antonio Domingo Bussi. La primera reacción de la gente apostada en los alrededores de los Tribunales Federales de Tucumán




todo lo que paso despues de la sentencia a Bussi, ojala lo manden a carcel comun! VIEJO CHOTO!





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La funa de Victor Jara

Escrache en Chile




La funa de Victor Jara I







La funa de Victor Jara II
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Filtro 14 años

"Porque tenemos memoria, queremos justicia!" en Montevideo, marchamos del Obelisco al Filtro... Por Fernando Morroni, por Roberto Facal. No mas impunidad en Uruguay.

Otro año más, el 24 de Agosto ha simbolizado la unión entre Uruguay y Euskal Herria, el día de darse ternura mutua, el día del recuerdo vivo.

1500 personas marcharon en Montevideo desde el Obelisco hasta el hospital del 'Filtro' con Fernando y Roberto en el recuerdo y la palabra Justicia en la boca, en Euskal Herria, sin embargo, fue imposible realizar el acto de recuerdo. El día 22 de Agosto, dentro de las fiestas de Bilbao, estaba programado el acto que todos los años recuerda a l@s represaliadas políticas vascas, este año la audiencia nacional lo prohibió y la ertzaintza materializó la prohibición. Dentro de ese acto se iba a realizar también un homenaje a Fernando y Roberto, y ver el saludo enviado por Norma Morroni, la madre de Fernando.
Aquí tenéis ese saludo asi como un pequeño vídeo de la manifestación en Montevideo.







Una producción del PoTrillo crezano










Subido por El Muerto

Actividad de AGMER Uruguay en Escuela Nº 6

En el marco de las actividades programadas para los días de paro, este miércoles 13 de Agosto realizamos una asamblea en la Escuela Nº 6 "Manuel Belgrano" de Colonia Perfección. A la misma asistieron docentes de este y de otros establecimientos educativos de la ciudad así como también muchos padres.

La comunidad educativa de la escuela 6 planteó los problemas por los cuales atraviesa dicho establecimiento educativo, problemas que van desde lo edilicio, la inseguridad y la falta de mobiliario adecuado, material didáctico actualizado y cargos docentes, como así también los sacrificios que deben realizar para mantener el comedor .

La mayoría de los problemas planteados por la comunidad educativa de la escuela Manuel Belgrano son comunes con muchas otras escuelas del departamento y de la provincia, así lo manifestaron docentes de otros establecimientos presentes en la asamblea. La solución a estos problemas pasa por una mayor inversión presupuestaria por parte del Estado

Estos son algunos de los pedidos que nos transmitió la comunidad educativa de la escuela 6 de Colonia Perfección

- Teniendo en cuenta que en el barrio hay muchos adultos sin terminar la escolaridad primaria y secundaria, se solicita por parte de los vecinos que se abran divisiones para que esos adultos puedan completar sus estudios

- Cerco perimetral para impedir el ingreso de animales al terreno de la escuela.

- Necesidad de organizar el nivel inicial.

- Carencia de espacio para comedor (los chicos comen en sus aulas).

- La comunidad educativa manifestó su preocupación por la inseguridad de las instalaciones eléctricas

- Los baños son insuficientes y están en muy mal estado (hay un solo baño para varones y uno para mujeres, lo comparten alumnos de EGB 1, EGB 2, EGB 3 y polimodal). No hay baños para docentes

- Falta de mobiliario mínimo indispensable adecuado: faltan sillas, mesas, armarios, etc. Algunas aulas tienen sillas en muy mal estado que fueron descartadas por escuelas céntricas y deben ser usadas por los alumnos de la escuela 6

- Faltan elementos de educación Física

- Se necesita imperiosamente que se creen cargos. Por ejemplo: Maestra de Educación Plástica, Educación Musical, MOI, Bibliotecario, Preceptor, etc.

- Se necesita que se recategorice la escuela

- Faltan juegos didácticos y de jardín.

Los videos están en crudo, no hemos tenido tiempo de editarlos

Asamblea y excelente debate entre docentes y padres de la escuela- parte 1

Asamblea y excelente debate entre docentes y padres de la escuela- parte 2

Asamblea y excelente debate entre docentes y padres de la escuela- parte 3

Comedor de la Escuela Nº 6 Manuel Belgrano

Estado de las aulas de la Escuela Nº 6

El Baño de la Escuela Nº 6

Fotos de la asamblea en la Escuela Nº 6 y condiciones edilicias




Marcha de AGMER 27/08/08 Parte 1





Marcha de AGMER 27/08/08 Parte 2







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