domingo, 22 de marzo de 2009

Marcha de la seguridad

El 18 de marzo pasado unas 6000 personas de las clases medias y altas reclamaron en plaza de mayo el endurecimiento de las penas y políticas contra la inseguridad. La concentración se produjo luego de que la estrella televisiva Susana Giménez y otros personajes mediáticos pidieran el establecimiento de la pena de muerte. La letra del tema cantado a capela es la adaptación de la canción de Luis Alberto Spineta, quien se sumó a las protestas televisivas en reclamo de seguridad, publicada por la revista Barcelona.




Gracias: prensamilitante


Argentina: El fracaso de la marcha por seguridad (Susana: Animémonos y vayan)

El miércoles 18 hubo una marcha pidiendo inseguridad en la Plaza de Mayo en Buenos Aires; el Monumento de la Bandera en Rosario y la plaza San Martín de Mar del Plata.

Para Clarín, principal convocante –y se podría decir organizador- a la concentración principal en la Plaza de Mayo asistieron unas 10.000 personas, convocadas por organizaciones no gubernamentales y, según el rabino Bergman, por Facebook –medio controlado por la inteligencia de EEUU-. Quien tenga un poco de ojo y experiencia, habrá advertido que no había ni unas 3.000. Ahora, para los principales organizadores fueron…50.000! Con la “media” Plaza de Mayo permitida para concentraciones –la otra mitad está vallada por seguridad- repleta, sin espacios, rara vez se llega a esa cifra!

Además, en un recuadro asegura que frente a la Quinta de Olivos, se congregaron 7000 personas. Se contradice con “La Nación, otro de los principales medios preocupados “por la inseguridad”, que asegura que en Olivos no hubo más de 300.

La mitad de la concurrencia, estaba integrada por vendedores ambulantes de gaseosas, camarógrafos de distintos medios y agentes de calle de la SIDE.

Un mitin descolorido, sin fuerza ni convicciones, compuesto por vecinos alarmados de los aledaños al lugar, sumados a algunos pocos del conurbano; oficinistas que culminaban su día laboral y un precipitado humano de curiosos, que nunca faltan.

Hoy, viernes 20, la “ola de inseguridad” desapareció de las tapas de los principales diarios. El tema principal, como no podía ser de otra manera, es… “El conflicto con “el campo””

Entonces, la pregunta inevitable es: ¿Clarín, miente? ¿TN miente? ¿Hay una “sensación de inseguridad” desde el punto que lo plantean los medios, transmitida en cadena mediática?


Más allá de lo que se piense ideológica y políticamente de los Kirchner, del insoportable doble discurso que mantuvo y mantiene la pareja presidencial, en relación a los medios, primero otorgándoles todas las concesiones habidas y por haber y luego demonizándolos por manipulación de la información,¿tienen razón en lo que dicen, principalmente del grupo Clarín?

La respuesta es: Si

El problema no es lo que dicen, sino quienes lo dicen. Es como el cuento del pastor y las ovejas: Habían dicho tantas mentiras que, cuando dijeron la verdad, nadie le creyó.

Al que acostumbra mentir, nadie le cree ni cuando dice la verdad. Ese es el doble juego discursivo.

La maquinaria mediática: fuerza de choque de la llamada Guerra de Cuarta Generación.

Ese es el papel estratégico, la función clave, que cumple la corporación mediática (que sustituye a la corporación militar como nuevo gendarme de adoctrinamiento y de control político y social en la era de la Guerra de Cuarta Generación, donde las operaciones militares son sustituidas por operaciones psicológicas.

El desarrollo tecnológico e informático de la era de las comunicaciones, la globalización del mensaje y las capacidades para influir en la llamada “opinión pública”, convirtieron a las operaciones de acción psicológica mediática en un arma estratégica de importancia clave para el control político y social.

Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra Psicológica.

Mediante la manipulación y direccionamiento de conducta por medios psicológicos el individuo-masa se convierte en "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo trasnacional y la potencia imperialista regente.

Es a la vez, víctima y victimario, de las operaciones psicológicas, ya que se convierte en una célula trasmisora tanto de planes de consumismo capitalista como de planes de controly disciplinamiento social manipulados sin el uso de las armas.

La comunicación y las medidas de información – los medios de comunicación – son el arma principal para ordenar y disciplinar a los pueblos. En este modelo, el pueblo esta excluido del poder y su acceso al conocimiento y a la información está rígidamente limitado por una minoría elitesca que mantiene acaparado el poder económico, mediático y político.

La tarea puntual de los medios de comunicación masivos sigue siendo construcción cotidiana de la realidad. De su realidad. La propaganda ha usurpado la información y los medios de comunicación corporativos han suprimido al periodismo y a la comunicación social. El ámbito comunicacional se ha vuelto un campo de batalla en donde han convertido los televisores, las radios, la prensa y los espacios cibernéticos en laboratorios de operaciones psicológicas.

Cuando esta arma “silenciosa” es gradualmente aplicada al pueblo, el pueblo se ajusta/adapta a su presencia y aprende a tolerar la invasión en sus vidas hasta que la presión psicológica vía reiteración machacante de imágenes es tan grande, que ellos se quiebran psíquicamente.

La acción de los medios de comunicación sobre los televidentes es claramente violenta: impartir miedo. El miedo genera desesperación, y el miedo por la inseguridad genera permeabilidad a ideas reaccionarias que coarten la libertad.

El miedo, disciplina.



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