miércoles, 23 de junio de 2010

Calcutas


Combate y desenlace
Martes 22 de junio de 2010, por Hernando Calvo Ospina




Nunca he visto pelea igual. Y ni en sueños volví a ver un final así.

La trifulca se desarrolló sobre un basurero que había en una esquina, a tres cuadras de mi casa, en ese barrio humilde donde me crecí, allá en Cali.

El perro, de mediano tamaño, tenía el pelaje amarillento y renqueaba de la pata derecha. El contrincante era una inmensa rata de color gris, barrigona, hocico puntiagudo, cola larga y escamosa.

Con otros dos niños nos dispusimos a observar. Los animales repararon en nosotros, pero decidieron despreciar nuestra presencia.

La rata llevaba cierta ventaja en el combate. A pesar de su gordura tenía más velocidad en los brincos, lo que la hacía ganar puntos sobre un perro que no sabía responder a tiempo los ataques por el lado derecho, ya que era tuerto. Pero la barriga se convertía en su desventaja, al no poder girar con agilidad lo que aprovechaba el perro para devolverle algunas dentelladas.

El culpable de la reyerta estaba a un lado, completamente indiferente, esperando al triunfador. Era un hueso de unos quince centímetros de largo, no muy grueso, y con algunas pintas rojizas que apenas disimulaban su color blancuzco.

A veces el perro o la rata lo agarraban e intentaban salir huyendo, pero uno u otra se lo hacía soltar mediante fieros mordiscos. Llegó el momento de la fatiga para los hambrientos guerreros. Uno y otra se tiraron de panza en el basurero, aunque cada uno en atenta alerta. Cesaban. Jadeaban. A ratos nos dirigían miradas.

Cuando cerca de mi oído pasó silbando algo que se estrelló cerca a los dos animales. Estos, sin averiguar el motivo del ataque exterior, ni de quien provenía la piedra, agarraron carrera, parando algunos metros adelante para constatar. Ninguno se había acordado de tomar el hueso.

Y él, ella y nosotros vimos cómo un viejito negro y de corta barba blanca, sin camisa, pantalones rotos, tan flaco como el perro, tomaba el hueso y lo metía en una sucia mochila.

Sin tenernos en cuenta se fue tan fantasmal como llegó.

Barranquilla




Un video de El Muerto


La Calcuta montevideana





La Juventud 23.06.2010


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