martes, 15 de febrero de 2011

Armas y drogas en la valija americana



El plan Condor continúa

En línea con la política de no militarizar la seguridad interior, el Gobierno impidió el ingreso de un cargamento no declarado en un avión militar de Estados Unidos: armas de guerra, equipos de comunicación, programas informáticos y drogas. La Presidenta ordenó abrir una valija que los estadounidenses se negaban a entregar y sobre la cual se sentó un marine durante seis horas


La valija de Obama

ARMAS Y DROGAS NO DECLARADAS EN UN AVION MILITAR ESTADOUNIDENSE
Seguro que no

Un avión militar estadounidense intentó ingresar un cargamento no declarado de armas de guerra, equipos de comunicación encriptada, programas informáticos y drogas narcóticas y estupefacientes. CFK ordenó abrir una valija, que los estadounidenses se negaban a entregar. El gobierno reiteró así la negativa a militarizar la seguridad interior. Las maras salvadoreñas y las favelas de Río como modelo para las villas argentinas. El discurso de Macrì contra la inmigración fue calcado de uno de Scioli.



Por Horacio Verbitsky

El gobierno nacional impidió el ingreso de “carga sensitiva” secreta que arribó al aeropuerto internacional de Ezeiza en un vuelo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y sobre cuyo empleo no se ofrecieron explicaciones satisfactorias. La expresión carga sensitiva fue utilizada el lunes pasado por la Consejera de Asuntos Administrativos Dorothy Sarro al solicitar autorización para que un camión con acoplado pudiera ingresar a la plataforma operativa. El enorme C17, un carguero Boeing Globmaster III, más grande que los conocidos Hercules, llegó en la tarde del jueves con un arsenal de poderosas armas largas para un curso sobre manejo de crisis y toma de rehenes ofrecido por el gobierno de Estados Unidos al Grupo Especial de Operaciones Especiales de la Policía Federal (GEOF), que debía tener lugar durante todo febrero y marzo. El gobierno estima que el costo total del transporte y el curso ronda los dos millones de dólares. El curso estaba autorizado por el gobierno argentino, pero cuando el personal chequeó que el contenido de la carga coincidiera con la lista entregada de antemano, aparecieron cañones de ametralladora y carabina y una extraña valija que no habían sido incluidas en la declaración. Aunque el curso estaba destinado a fuerzas policiales argentinas, la carga llegó en un transporte militar y en Ezeiza la recibieron los agregados militar y de defensa, coroneles Edwin Passmore y Mark Alcott. Todas las cajas tenían el sello de la 7ª Brigada de Paracaidistas del Ejército con sede en North Carolina. Intentaron pasar en forma clandestina mil pies cúbicos, equivalentes a un tercio de la carga con que llegó el avión, luego de escalas en Panamá y Lima.
Doce expertos militares

La nota que la embajadora Vilma Martínez envió en noviembre al ministro de Justicia Julio Alak, quien por entonces también se encargaba de la seguridad, recordaba que la primera fase del entrenamiento al GEOF para el rescate de rehenes se había realizado en abril, “por lo cual se nos solicitó realizar otro más avanzado”. En otra nota, dirigida el 21 de diciembre a la ministra de Seguridad Nilda Garré, que había asumido el cargo cinco días antes, Vilma Martínez le informó que Alak había aprobado la realización del curso y que para dictarlo llegarían doce “expertos militares estadounidenses”. Cursos similares se realizaron en 1997 y 1999, bajo la presidencia de Carlos Menem, y 2002, durante los meses en que el ex senador Eduardo Duhalde cumplió un interinato a cargo del Poder Ejecutivo. No los hubo durante el gobierno de Néstor Kirchner y se reanudaron en 2009, bajo el actual gobierno. El nuevo curso, de cinco semanas, estaba programado para agosto de 2010, pero debió postergarse por un episodio similar. En aquel momento fue la embajadora Vilma Martínez la que se negó a recibir el cargamento porque la numeración de las armas no coincidía con la del listado previo, lo cual muestra los conflictos que esta práctica produce dentro del propio gobierno estadounidense. “Esto es una vergüenza”, dijo entonces Martínez, antes de devolver la carga a North Carolina. Por orden de la presidente CFK, funcionarios de la Cancillería y de los ministerios de Planificación Federal y de Seguridad, de la AFIP y de la Aduana supervisaron el procedimiento. Luego se sumaron técnicos de los ministerios de Salud y del Interior.
Los muchachos de la valija

En su libro ya clásico The Mission. Waging War and Keeping Peace with America’s Military, publicado en 2003, la periodista del diario The Washington Post Dana Priest describió la dramática primacía del Pentágono en la formulación y ejecución de la política exterior estadounidense. Con más de un millar de personas, el Comando Sur supera la cantidad de especialistas en América Latina de las Secretarías de Estado, de Defensa, de Agricultura, de Comercio y del Tesoro sumadas. Este desequilibrio no ha cesado de crecer y Estados Unidos intenta exportarlo a los países bajo su influencia, que son casi todos. Como ya había caído la noche del jueves, Cristina ordenó precintar la valija y reanudar la tarea al día siguiente, para lo cual dispuso que la Cancillería y el ministerio del Interior enviaran al lugar personal técnico capacitado para entender de qué se trataba. Durante seis horas del viernes, varios de los marines de los Estados Unidos se sentaron en forma rotativa sobre la valija, lo cual sugiere la importancia que le asignaban a su contenido. Según los estadounidenses se trata de software y material sensitivo para la seguridad. Un coronel dijo que no debía abrirse a cielo abierto porque podría revelar secretos a los satélites que sobrevolaran en ese momento. El avión también contenía una caja con merchandising para regalar a los policías argentinos, que incluía gorras, chalecos y otras baratijas. El canciller Héctor Timerman permaneció casi todo el día en el aeropuerto, junto con el secretario de transporte Juan Pablo Schiavi, en cumplimiento de instrucciones presidenciales, junto con personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, de la Aduana y de la AFIP y con los principales directivos de las direcciones de Informática, de Tecnología y Seguridad y de Sistemas del ministerio del Interior. También intervinieron dos inspectoras del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Tomó intervención el juez en lo penal económico Ezequiel Berón de Estrada. La embajada retiró del aeropuerto a su personal jerárquico y se negó a consentir la apertura de la valija. Luego de un día completo de tira y afloje, Timerman informó que usaría sus facultades legales para abrirla. Lo acompañaba la oficial principal Patricia Adrianma Rodríguez Muiños, de la sección Importaciones de la Policía Federal, a la que estaba dirigida la carga. Al comprobar la decisión oficial de proseguir, y vencido el plazo final de una hora que fijó Timerman, la embajada pidió diez minutos de prórroga hasta el arribo a Ezeiza de la jefa de prensa, Shannon Bell Farrell. Tanto ella como el agregado Stephen Knute Kleppe dijeron que no tenían la clave del candado, por lo que Timerman dispuso que la Aduana lo cortara con un alicate. Cuando ello ocurrió, en la tarde del viernes, aparecieron equipos de transmisión, mochilas militares, medicamentos que según los funcionarios estaban vencidos, pen drives, sobre cuyo contenido deberán dictaminar los expertos, y drogas estupefacientes y narcóticas y estimulantes del sistema nervioso. Entre el material había tres aparatos encriptadores para comunicación. Dentro de la valija secreta también apareció un sobre supersecreto, de tela verde. Como el personal de la embajada dijo que no tenía la llave del sobre, también fue abierto por medios expeditivos. En su interior se hallaron dos pen drives rotulados “Secreto”, una llave I2 de software para información; un disco rígido también marcado como “Secreto”. Códigos de comunicaciones encriptadas y un gracioso folleto traducido a quince idiomas, con el texto: “Soy un soldado de los Estados Unidos. Por favor, informe a mi embajada que he sido arrestado por país”. Ninguno de esos materiales coincide con las especificaciones que la embajada envió a la Cancillería sobre la índole del curso que debía impartirse para el rescate de rehenes. Luego de presenciar esos hallazgos, los funcionarios de la embajada decidieron retirarse, pese al pedido oficial para que permanecieran allí, y no firmaron el acta. El jueves el coronel Alcott dijo que no sabía que algo similar hubiera sucedido en ningún lugar del mundo. Las armas y la valija no declarada fueron requisadas y mañana lunes 14 continuará la verificación de su contenido. Por ejemplo, los antibióticos, antihistamínicos, complejos vitamínicos, protectores solares y hormonas hallados, estarían vencidos según la información de sus envases. Pero el gobierno quiere verificar si se trata de los medicamentos que dicen los envases y si es cierto que están vencidos. El resto del material, que coincidía con la declaración previa fue transportado en un flete de la embajada hasta la sede de la Policía Montada en la calle Cavia. Al cierre de este artículo fuentes de la embajada dijeron que en Washington se estaba preparando un documento con la posición oficial y que consideraban que el entrenamiento sería suspendido. El Departamento de Estado citó al embajador argentino Alfredo Chiaradía y le expresó su “sorpresa” por el procedimiento ya que “Estados Unidos desea mantener relaciones amistosas con la Argentina”. Curiosa forma de lograrlo. Cualquier argentino, civil o militar, que intentara ingresar armas y drogas no declaradas a los Estados Unidos iría preso en forma inmediata.



Una protesta formal por la valija


La Cancillería confirmó el hallazgo de armas y drogas no declaradas en un avión estadounidense, como informó ayer este diario. El gobierno de EE.UU. manifestó “preocupación” por la incautación. Timerman respondió que “las leyes argentinas deben ser cumplidas por todos”.
Por Nicolás Lantos

La Argentina “formulará una protesta” formal ante los Estados Unidos por el intento de ingresar de forma ilegal “material camuflado” en un avión militar que llegó a Ezeiza el jueves pasado, tal como informó ayer Página/12. Según un comunicado de prensa difundido anoche por Cancillería, entre el material que se incautó tras la inspección “hay desde armas hasta diferentes drogas” que no habían sido declaradas en el manifiesto oficial que consignaba el contenido del envío, destinado a cursos de entrenamiento de fuerzas de seguridad. Mientras avanzan con el análisis del material secuestrado, en el Gobierno no creen que se trate de un mensaje político destinado a Buenos Aires, sino que puede tratarse de una práctica frecuente: “Nosotros lo que hicimos fue mover la superficie –sostuvo un funcionario que siguió el caso de cerca–. Es probable que si hacían el mismo chequeo en San Pablo o en Bogotá encontraran lo mismo.”

El sábado, 48 horas después de que se descubriera el cargamento ilegal en el avión, el canciller Héctor Timerman recibió un llamado del subsecretario Andrés Valenzuela, encargado de la relación de Washington con la región, que le manifestó su “preocupación acerca de la forma en la que las autoridades argentinas manejaron” el episodio. Timerman respondió que “las leyes argentinas deben ser cumplidas por todos sin excepción” y aprovechó la comunicación para informarle que la Argentina “formulará una protesta así como un pedido para la colaboración sobre los motivos que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos tuvo al intentar violar las leyes” locales, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.

El texto difundido por el Palacio San Martín desmiente algunas afirmaciones vertidas en otro similar que divulgó Washington también ayer, en el que se afirma, entre otras cosas, que “aunque la carga estaba debidamente declarada según los acuerdos y entendimientos previos, sin aviso, las autoridades argentinas acometieron una detallada y extensa búsqueda del contenido de la nave, secuestrando determinados item”. La Cancillería argentina precisó que “la Aduana procedió a realizar un chequeo de la carga con la seriedad y profesionalismo que amerita un material calificado como de guerra” cuando “descubrió que buena parte de la carga no figuraba en el listado ‘de buena fe’ provisto por la Embajada”.

La versión estadounidense de los hechos también indica que “todos los elementos incautados eran material que normalmente se utiliza durante ejercicios de entrenamiento de esta naturaleza”, que según lo previsto se trataba de práctica en técnicas de rescate de rehenes que serían impartidas a efectivos de la Policía Federal. Sin embargo, entre el material incautado había aparatos “para interceptar comunicaciones, varios GPS de una sofisticación reveladora de su potencia, elementos tecnológicos conteniendo códigos caratulados como secretos, así como un baúl completo con drogas medicinales vencidas”, precisó la Cancillería.

Desde la Casa Rosada ensayaron una explicación para una salida tan desprolija: que las autoridades militares norteamericanas se encontraron descubiertas en un trámite ilegal pero que acostumbraban hacer sin mayores inconvenientes y ahora los representantes del gobierno norteamericano no tienen más opción que “hacerse los sorprendidos y ofendidos”. “Esto habla de que hay un problema entre ellos también”, suponen, y dan como ejemplo que “la vez pasada la embajadora los mandó de vuelta”. En septiembre un envío similar había sido abortado por la propia embajadora estadounidense en la Argentina, Vilma Martínez, por el mismo problema que esta vez: el contenido declarado del equipaje no coincidía con el que efectivamente se descargaba en suelo argentino.

Tal como consignó Horacio Verbitsky ayer en Página/12, “con más de un millar de personas, el Comando Sur (del Pentágono) supera la cantidad de especialistas en América Latina de las secretarías de Estado, de Defensa, de Agricultura, de Comercio y del Tesoro sumadas”. Así, muchas veces las relaciones bilaterales se manejan de forma paralela a través de dos o más canales, lo que puede desembocar en episodios como éste. Si quedará en una protesta formal o pasará a mayores depende de Washington: “La duda es cuál será la importancia que le den ellos –analizan en el Gobierno–. Si lo toman como un tema de alto nivel político o apenas como una desprolijidad administrativa”.




Los comentarios de El Potrillo Rezano



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La Juventud martes 15 feb 2011

Vigencia de la doctrina Monroe
CONFLICTO DIPLOMÁTICO ENTRE LA ARGENTINA Y LOS ESTADOS UNIDOS
LOS MILITARES YANQUIS PRETENDIERON INGRESAR AL PAÍS ARMAS, DROGAS Y MORFINA
Escalada con EE.UU.: el Gobierno insiste en que en el avión había armas y drogas
Timerman presentó una protesta a la embajada de EE.UU
Pide explicaciones satisfactorias por el material no declarado del avión militar requisado


El canciller argentino Héctor Timerman informó el lunes por la noche que su cartera ya presentó una nota de protesta ante el gobierno de los Estados Unidos por entender que se negaba a dar “explicaciones satisfactorias” en torno a la presencia de material “no declarado” previamente en el cargamento que llegó a Ezeiza la semana pasada en un avión de la Fuerza Aérea estadounidense destinado a un curso de entrenamiento para la División de Grupos Especiales de Operaciones Federales, GEOF.
Entrevistado por la CNN, luego de la aparición previa por la misma emisora del subsecretario de asuntos hemisféricos de EE.UU., Arturo Valenzuela, Timerman se quejó acerca de los funcionarios estadounidenses, que aún no han dado “ninguna explicación” de por qué el avión traía el material que según él no coincidía con las listas aprobadas entre ambos gobiernos, y tampoco lo había informado sobre “qué pensaba hacer”. El ministro fue más allá al no precisar cuándo se le devolverá el material incautado y que Washington reclama con vehemencia.
Contrariamente a lo que se dice desde Washington, Timerman señaló que “un tercio de la carga que traía el avión no estaba dentro de la lista de buena fe” que entregó el 17 de diciembre pasado la embajada de EE.UU. en Buenos Aires a la Cancillería. Y como lo vino sosteniendo en los últimos días, aseguró que la aeronave traía “material sospechoso de poder servir para interferencias telefónicas, material caratulado como secreto, armas y psicotrópicos y otros tipos de drogas que no estaban declaradas”, además de medicinas vencidas.
“Las leyes son para que todos las cumplamos. No hay alguien que, por ser una país más poderoso, tenga un privilegio sobre otros. Así cono nosotros cumplimos las leyes de EE.UU., queremos que Estados Unidos también cumpla las leyes argentinas”, señaló y  luego recurrió a su árbol familiar al recordarle a los periodistas de CNN que sus hijas habían nacido en EE.UU. “Argentina sufrió dos atentados terroristas y tiene leyes muy estrictas sobre lo que puede entrar y no al país para evitar tener un tercer atentado”, afirmó al pedir que Washington debía “comprender” la “sensibilidad” de Argentina por haber sido ya blanco de dos atentados terroristas contra blancos judíos.
Después, con suspicacia señaló: “Tal vez EE.UU. no sabía que se estaba ingresando material sin declarar. Yo no acuso al Gobierno de Estados Unidos, pero les pido sí que colaboren por la seguridad de toda la gente a que esto no vuelva a ocurrir y encontremos quiénes son los responsables del intento de ingreso de material no declarado”. Recordó también que la embajadora Vilma Martínez, en agosto de 2010 hizo enviar nuevamente a Washington un avión con cargamento para el mismo ejercicio porque las armas traídas no coincidían con las enumeradas en las listas. Por la noche, la Cancillería informó ya formalmente que la nota de protesta había sido entregada a la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, de donde la embajadora se ausentó por unos días
Aníbal Fernández rechazó que los cruces diplomáticos con Washington por la requisa del avión estén vinculados a una interna del kirchnerismo. Y acusó a los funcionarios norteamericanos de mentir en el caso.
Lejos de poner paños fríos en la escalada diplomática con Estados Unidos en torno a la requisa en Ezeiza de un avión militar que transportaba materiales que iban a usarse en unos cursos de entrenamiento policial, el Gobierno, a través del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, insistió hoy en que la aeronave norteamericana pretendía ingresar al país armas y drogas, volvió a acusar a funcionarios de Washington de mentir en el caso y negó que el incidente haya sido provocado por las internas kirchneristas.
“Me parece que la preocupación tendría que darse si no se adoptaran actitudes de seriedad como la que se adoptó en este caso”, expresó el jefe de Gabinete en declaraciones a radio 10. El ministro también se encargó de asegurar que “no hay ninguna interna con, la ministra de Seguridad, Nilda Garré”.
Según Fernández, todo se desató por una cuestión de “soberanía nacional”. “Lo que solicita la Cancillería es lo mismo que hacen en Estados Unidos. No se puede ingresar a Argentina lo que se les antoje, nuestro país es un poquito más serio que eso. Con esta situación dada vuelta, lo involucrados estarían en Guantánamo”, añadió el funcionario.
El conflicto diplomático se desató el jueves por la noche, cuando distintas dependencias argentinas realizaron una requisa de un inusual despliegue cuando llegó a Ezeiza un avión militar norteamericano en el que viajaban expertos en seguridad estadounidenses junto a un cargamento que iba a ser utilizado en cursos de entrenamiento para un grupo de policías.
El curso estaba aprobado, así como el ingreso de una buena cantidad de armas y municiones. Pero, según el Gobierno argentino, el avión trasladaba también armas que no estaban en el listado original, drogas, medicamentos vencidos y modernos y potentes equipos que podrían ser utilizados para tareas de espionaje.
“La Embajada de Estados Unidos entregó una lista con los elementos que iban a ingresar y había que cotejar esos elementos. La realidad es que nos encontramos con armas, diferentes drogas y material para interceptar comunicaciones”, insistió el Fernández, repitiendo casi calcadas las denuncias del canciller Héctor Timerman. “Es muy serio lo que se paró”, expresó.
Altos diplomáticos de la administración de Barack Obama cuestionaron el procedimiento, insistieron en que no se había realizado nada fuera de lo convenido con la Argentina y criticaron la forma en la que la Casa Rosada estaba llevando el tema. A través del canciller Héctor Timerman, la Argentina acusó a esos funcionarios de no decir la verdad. El incidente provocó entonces mutuas quejas oficiales.
También en su enfrentamiento con el secretario adjunto para Asuntos Hemisféricos de los Estados Unidos, Arturo Valenzuela, Fernández respaldó a Timerman. “Si se ve el informe que Valenzuela saca por escrito, dice algo que no es verdad, lo que él está diciendo que había sido acordado, no es verdad”, aseveró Fernández.
Según los funcionarios de la Secretaría de Estado norteamericana, el Gobierno argentino estaba al tanto de lo que se iba a ingresar, “no había nada secreto” y las drogas que se transportaban eran de primeros auxilios para, eventualmente, tratar a los militares estadounidenses o los policías argentinos que pudieran resultar heridos en los ejercicios. Pero Fernández mantuvo la posición del Gobierno argentino y repitió la denuncia de que “por encima de lo que habían comunicado”, los militares norteamericanos pretendieron ingresar al país “armas, drogas y dosis de morfina”.
EE.UU. dijo que está “perplejo y preocupado” por el avión Lo señaló el vocero del Departamento de Estado. Para el Pentágono “es grave”. Y “penoso”, para el funcionario de Obama para la región. Insistieron que el material requisado era para un entrenamiento policial aprobado por Timerman.
“Este no es un incidente menor. Es grave”, dijo al diario Clarín Frank Mora, el hombre encargado de América latina en el Pentágono. “Estamos perplejos y preocupados”, dijo por su parte el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley durante la conferencia de prensa que da todos los días. El subsecretario para la región en el Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, no se quedo atrás. En una entrevista con CNN dijo: “Es bastante penoso que esta situación haya escalado con acusaciones improcedentes. Esto ha tomado dimensiones cuando debería haberse resuelto de forma respetuosa.La manera en que amedrentaron al personal estadounidense es improcedente”, añadió.
Cinco días después de que el Gobierno argentino incautara parte del cargamento de un avión militar estadounidense que aterrizó en Ezeiza con expertos militares que iban a dar cursos sobre rescate de rehenes a la Policía Federal, EE.UU. no escondió ayer su malestar. Todo lo contrario.
A las quejas on the record se sumaron las off the record, casi todas dirigidas contra el comportamiento del canciller Héctor Timerman, a quien acusan de haber fogoneado la escalada. “Su conducta fue vergonzosa ¿Usted se imagina a un canciller yendo a la Aduana para ver como abren una valija? Le puedo asegurar que la relación nunca ha estado tan mal como ahora”, dijo una de las fuentes consultadas. “Timerman maltrató a los funcionarios de la Embajada. Eso es imperdonable y cuando abrieron la valija parecía como un chico aplaudiendo. Estoy convencido que esto fue una emboscada. Creo que la presidenta Cristina Kirchner está muy mal asesorada”, señaló el funcionario.
Desde que el ex presidente Néstor Kirchner asumió la presidencia en el 2003, esta corresponsal nunca vio en Washington semejante despliegue de enojo hacia nuestro país como el que hubo ayer. Ni siquiera durante la Cumbre de la Américas. Pero, es sabido que EE.UU. puede ser muy flexible en muchas cosas, menos con el tema seguridad.
Frank Mora no quiso arriesgar qué puede pasar de ahora en más con la relación bilateral, ni mucho menos con los tratados de cooperación en materia de seguridad. Pero en diálogo con el diario Clarín dejó en claro que la condición es que “devuelvan el material incautado”. Creo que hemos seguido todo el protocolo, hemos respetado las leyes argentina y no había por qué incautar. Si había alguna diferencia se podría haber conversado”.
Según Mora, el gobierno argentino sabía perfectamente en qué consistía el entrenamiento y que los expertos eran militares procedentes de la Base que el Ejército estadounidense tiene en Carolina del Norte. “Esto fue aprobado y coordinado con el Gobierno. No había nada secreto”, dijo Mora perplejo por todo lo ocurrido
“Se hicieron varias acusaciones, de drogas que se iban a utilizar para propósitos nefastos. Todo falso”, dijo Mora. Y agregó: “Lo que había eran drogas de primeros auxilios para tratar a los militares estadounidenses o a los policías argentinas en caso de accidentes”.
“Argentina condujo una búsqueda inusual y no anunciada del cargamento estadounidense incautando ciertos ítems. Pero estos eran ítems que se utilizan rutinariamente en ejercicios de este tipo” coincidió Crowley. “Creo que hay un número de serie que no estaba debidamente documentado, pero éste es el tipo de problemas que podría haber sido resuelto muy fácilmente in situ por los funcionarios de la Aduana… y encontramos esto desconcertante”.
Durante la entrevista a CNN, Valenzuela dijo que si hubo discrepancia se debió haber conversado en forma respetuosa sin pasar acusaciones “desmesuradas”, insistiendo de que no hubo violación de la ley argentina.
Al final, Valenzuela apeló, sin embargo, a un tono positivo: “Queremos dar vuelta la página para colaborar en forma respetuosa sin acusaciones desmesuradas… Esta situación se va a resolver, no tengo dudas”.
La aplicación de las doctrinas y concepciones del imperialismo en el afán de imponer y perpetuar su hegemonía, sobrevivir a las crisis cíclicas que deterioran hoy día la sistema capitalista y continuar desempeñando su rol de gendarme ante los pueblos del mundo, fundamentalmente en América Latina, obligan a los yanquis a cometer estos actos propio de los terroristas.
En caso argentino pone al descubierto los métodos de la guerra psicológica imperialista para el logro de sus fines, la propaganda subversiva al servicio de los “golpes de Estado” contra gobiernos legalmente constituidos como el de Honduras, las agresiones contra Venezuela, las invasiones y ocupaciones de países soberanos como Haití. 
Estados Unidos siempre enseñando a matar, a mentir, a engañar, a drogarse, dando cursos a la policía y al ejército sobre prácticas de tortura, desapariciones, drogadicción, atentados, e instalación de camarillas militares corrompidas, como lo hicieron en otras épocas y seguramente lo trataran de repetir en el futuro.
Estados unidos utiliza métodos muy pormenorizados para ejercer su dominio sobre los órganos de información en Latinoamérica. Las agencias de prensa escrita, radios televisión, son sus principales armas esenciales de expansión ideológica.
Pero además utiliza otros medios de penetración, como los “Cuerpos de paz”, las misiones religiosas, las fundaciones caritativas, o los planes de investigación que no son otra cosa que planes de espionaje.
Durante años han llevado adelante el “Plan Colombia” en Colombia, “Camelot” en Chile, Colony en Perú, Marginal en Argentina, que siempre tienen como finalidad hacer estudios sobre le trereno para sus futuras incursiones punitivas.
El 15 de febrero del 2011 el ministro Luis Rosadilla presenció las maniobras militares entre las Fuerzas Aéreas de Uruguay y los Estados Unidos.
Sobre las operaciones conjuntas entre las fuerzas aéreas de Uruguay y los EEUU, Rosadilla señaló que las mismas son para perfeccionar los mecanismos de operaciones en búsqueda y rescate, la mayoría de las cuales se realizan  en condiciones adversas y riesgosas, dijo el  Rosadilla.

En tal sentido  resaltó que este tipo de entrenamientos altamente exigentes son una puesta a punto para mejorar las capacidades técnicas y humanas para salvar vidas humanas, en proyectos de cooperación entre dos países que permite potenciar los recursos existentes tanto materiales como humanos en una labor de suma precisión y de complejidades extremas, señaló Rosadilla.
Sin embargo son este tipo de maniobras encubiertas que permiten a un Ejército de otro país realizar maniobras militares en territorio nacional, y prepararse en el terreno para realizar acciones futuras contra posibles enemigos de los Estados Unidos.
Sin duda que las relaciones entre Uruguay y Estados Unidos son de gran amistad y colaboración, una conducta muy distante de la de los propios argentinos, quienes han demostrado una actitud de mayor soberanía e independencia que la del gobierno del Frente Amplio.
Los países de America Latina han sido históricamente el primer objetivo de la expansión y la política norteamericana. Entre todas las regiones del mundo capitalista, America Latina hoy en día sufre la mayor dependencia del imperialismo de Estados Unidos. Si hablamos de Uruguay, esta dependencia se ha venido acrecentando año tras año, y profundizado mucho más en el periodo de gobiernos frenteamplistas. Fue en este periodo que un mandatario estadounidense considerado mundialmente como uno de los mayores genocidas del mundo de todas las épocas fuera invitado por el ex Presidente uruguayo Doctor Tabaré Vázquez a visitar nuestro país, y en medio de todos los honores imaginables lo recibieran en la Estancia Presidencial de Anchorena, el presidente en funciones y el otro futuro el tupamaro, José Mujica.
Estados Unidos siempre colocó al continente en un a situación de dependencia y lo sigue considerando su retaguardia estratégica, por lo cual continua siendo un opresor general y explotador de los pueblos de América Latina.
“El imperialismo norteamericano fortalece su penetración económica y también su injerencia en la vida política, ideológica y cultural de los países de América Latina”.
Antes de que el comunismo y el socialismo degenerara llevando a la caída a los ex países socialistas del Este y en especial a la ex Unión Soviética, se decía con razón lo siguiente:
En la reunión en La Habana en junio de 1975, En el documento principal se afirmaba:
America Latina está en la lucha contra el imperialismo, por la independencia nacional, la democracia, el bienestar del pueblo, la paz y el socialismo.
“La lucha por la democracia para las masas populares, la lucha por las esenciales transformaciones estructurales y por el paso al socialismo está indestructiblemente vinculada a la lucha contra los monopolios y el imperialismo”.
Más adelante se explicaba que es imposible lograr profundos cambios socios económicos sin liquidar la opresión de cada uno de los estados del continente por el imperialismo americano.
Esto ya no lo recuerdan y mucho menos lo tienen en cuenta los comunistas uruguayos, ni los socialistas menos los tupamaros que no participaban de estas reuniones en Cuba.
Pero la esfera de la ideología es parte integrante de la expansión imperialista de los Estados Unidos hacia el sur de sus fronteras. América Latina es la zona del mundo donde la expansión ideológica, en el pasado y en el presente, ha logrado mayores proporciones.
“El imperialismo trata de ratificar el poderío en la esfera de la vida espiritual de los países latinoamericanos a fin de completar y fortalecer su poderío en las esferas económica, política y militar”.
Lo pernicioso de la expansión ideológica está determinado por el factor permanente de la influencia del imperialismo en la conciencia social y en la psicología de muchas generaciones en este caso de uruguayos.    
La difamación de la ideología burguesa, solo constituye un pretexto para continuar la guerra. La negación pública del carácter clasista, del carácter tendencioso de la ideología, la ratificación de su “multiplicidad”, “pluralismo”, y “libre competencia” en los marcos de la sociedad capitalista, sirven de objetivos para la defensa del capitalismo.
Ahora Rosadilla es permeable al imperialismo, ya no se le niega más la visa norteamericana para viajar al país…?que habrá pasado?
¿Cambió el imperialismo o cambio Rosadilla?
Vaya a saber uno.
Pero lo cierto es que la propaganda de Estados Unidos en América Latina se ha basado invariablemente en las doctrinas que determinaron, en cada lapso concreto e histórico, las tareas esenciales y los puntos de referencia de la política de los círculos dirigentes del país en relación con la región y el mundo en general. La fuente doctrinal de la propaganda norteamericana en el extranjero, ratifica su papel en calidad de uno de los principales instrumentos de la política exterior de Estados Unidos. Por otra parte, las mismas doctrinas norteamericanas, que constituyen la guía principal para las acciones políticas se formulan invariablemente teniendo en cuenta aquellos criterios propagandísticos principales en cuya difusión están interesados los círculos dirigentes de Estados Unidos.
Con frecuencia la misma doctrina se interpreta como la consigna propagandística, la divisa, el llamamiento. Los propagandistas norteamericanos se adelantan a aquellos que en los “centros cerebrales” elaboran la doctrina ordinaria. Todavía antes de que dicha doctrina sea proclamada oficialmente, los propagandistas, en una especia de batalla de reconocimiento, determinan el grado de receptividad del auditorio extranjero hacia la doctrina específica, La propaganda constituye inmutablemente el barómetro sensible que fija los saltos de la opinión pública.
El aspecto propagandístico de la Doctrina Monroe consiste en su empleo permanente, en calidad de premisa fundamental para la injerencia en los asuntos de los países latinoamericanos, desde las anexiones territoriales, y las intervenciones armadas, hasta el derrocamiento de los estados constitucionales.
La creación de la “Doctrina Monroe” es la actual “política preventiva” aplicada por el imperialismo en cualquier parte del planeta. Y que trata de fundamentar el “derecho de ingerencia en los asuntos de los países latinoamericanos”. Afirmando a veces que en ellos reina la anarquía, que son ingobernables, o las “indeseables transformaciones políticas” como el caso de Venezuela.  Sobre la base de la Doctrina Monroe se realiza el feroz bloque contra Cuba, los intentos desestabilizadores contra Venezuela, el golpe militar en Honduras, el Plan Colombia y las siete bases militares en ese país, el intento de golpe en Venezuela, y Ecuador, un avión cargado de armas, drogas y morfina y los viajes de del “Ratón” Rosadilla a la Metrópoli.    

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