martes, 8 de marzo de 2011

Mujeres


Eduardo Galeano







de

Sylvia Ubal-En el mundo sigue la discriminación laboral de género

Esencialmente
No es casual, por cierto, que aún hoy siga habiendo dudas –prolija y ampliamente propaladas-- sobre qué acontecimiento o acontecimientos de entre fines del siglo XIX y principios del XX --en concreto y en los EE.UU. de incipiente pujanza capitalista--, serían los que dieron lugar a que paulatina y trabajosamente, recién a comienzos del siglo XXI, el mundo entero, casi, reconozca en el 8 de Marzo de cada año el “Día Internacional de la Mujer”.
No es casual que esta duda nada casual, sea de algún modo la que habilitó, a lo largo de tanto tiempo, esta celebración prácticamente universal que solamente en apariencia se nos revela como algo abstracto y extrañamente alejado del principal contenido de la sociedad que celebra este día, que no es otro contenido que su carácter de sociedad dividida en clases antagónicas e irreconciliables por sus propias y respectivas naturalezas y por la relación real existente entre ellas.
Si nos atenemos a la actual presentación de esta celebración, el 8 de Marzo no tiene nada que ver con la lucha de clases ni con la ininterrumpida confrontación entre ellas. A lo sumo, se nos concede la posibilidad de dudar acerca de los orígenes concretos en el espacio y en el tiempo, lo que es también una forma de distraernos respecto al “alma” de los hechos y a sus alcances históricos y sus proyecciones culturales.
Claro que puede sostenerse que no hay nada de novedoso en esta apreciación, en la medida que prácticamente todo en el capitalismo se nos revela de la misma manera artificiosa y tramposa, y que, incluso, conmemoraciones como esta, pueden ser convertidas, como suele ocurrir, en gigantescas jornadas de mega-consumismo, bien digitadas campañas de fanatismo declarativo sin más consecuencias que la retroalimentación de la distracción, y, también, tiernísimos y fallutos discursos de reconocimiento de opresiones y agresiones que parecerían haber surgido de los antojos maléficos de algún genio malhumorado cruzado con la peor de las fieras humanas o semi humanas.
Pero en este caso, la pretensión burguesa de ocultar y disfrazar la realidad hasta en las palabras y la debilidad nuestra en resaltarla con firmeza y orgullo, alcanza la categoría de insolencia, por un lado, y de indolencia trágica, por el otro.
Lo que hoy debemos celebrar en el 8 de Marzo –y todos los días, más bien-- al menos los que no somos explotadores y chupasangre (si alguien quiere agregar el arroba, bienvenida sea), es el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, tal como fuera concebido por aquellas compañeras de manos estriadas y encallecidas, viejas a los 30 años, intermitentemente tuberculosas, que apenas sabían leer y escribir, que eran obreras en la fábrica y obreras en un hogar donde no siempre había un hombre y sí muchos hijos, que muy pronto comprendieron que su enemigo era una clase social que consagraba de hecho y de derecho bestialidades esclavistas y feudales, “elevándolas” a la condición de “principios” y “normas” burguesas premeditamente discriminatorias, contra la que ellas enseñaron a pelear a la humanidad entera, muy especialmente a los pueblos trabajadores de un capitalismo ya consustanciado de sueños imperialistas que no se detendrían en ninguna consideración humana o de género y que, encima, no descansarían en tratar de infundir en todos los oprimidos sentimientos de culpabilidad ajena que jamás podrán entrar en las fibras desnaturalizadas de la burguesía.
Sin temer a ninguna acusación de dogmatismo ortodoxo o a otras peores referidas a severas contradicciones no solamente inter genéricas, el 8 de Marzo, más allá o más acá de dudas compensibles o prefabricadas interesadamente, hay que reivindicarlo destacando hasta el cansancio sus orígenes de persecución y masacre antiobrera, de anticipo brutal y sin la más mínima piedad, de los ataques y los sufrimientos a los que sin tregua sigue siendo sometida la clase trabajadora en todas partes, en feroces presiones y represiones antisindicales locales y regionales, pero también en el monstruoso súper negocio de las guerras, la drogadicción planificada, el aborto clandestino mercantilizado y el crimen liso y llano cotidiano de un sistema social que no puede permitirse la “frivolidad” de celebrar el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, sino, apenas, el “Día de la Mujer”…
Así, pues, hagámonos cargo: el 8 de Marzo es el honor sentido y dolorido que rendimos los pueblos con dignidad y con pensamiento crítico-autocrítico, a quienes han tenido y siguen teniendo lo que los burgueses ni siquiera pueden reconocer como dato de la realidad: una conducta ejemplar y dignísima que autocoloca a la mujer trabajadora en un sitial histórico-cultural que no es el pedestal hipócrita concedido por sus verdugos de ayer y de hoy, y que nos enseña a todos y todas, todos los días y cada vez más, el camino de la lucha y la sublevación contra una podredumbre de la que únicamente podrá surgir la vida nueva, igualitaria y justa, aboliéndose totalmente las reglas de juego que hicieron posible que a diario mujeres y hombres caigan abatidos y consumidos no solo por incendios provocados por sicarios del capital, sino también por una quemante alienación permanentemente perfeccionada tecnológicamente, que a veces logra hacernos olvidar o subestimar nuestro propio y digno pasado, enturbiar nuestro duro presente y confundirnos sobre nuestro propio, ineludible y luminoso destino:
“Nada más que en una sociedad socialista, con la desaparición del sistema actual dominado por la propiedad privada, desaparecerán las oposiciones sociales entre los poseedores y los que no tienen nada, entre hombres y mujeres, entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. La abolición de tal oposición, sea la que sean, no puede llegar más que a partir de la lucha de clases misma. Si las mujeres proletarias quieren ser libres, es preciso que unan sus fuerzas a las del movimiento obrero (…) y este punto de vista debe de ser subrayado sin ambigüedad (…) dirigido a las mujeres trabajadoras”. (Clara Setkin).
Vale reiterarlo, vale la pena seguir socavando con reflexiones irrefutables como ésta, la idea estupidizante de que la lucha no tiene sentido, de que “se acabó la historia” y murieron las “ideologías”, mientras no solamente desde los mismos EE.UU. de las mil masacres textiles y los mil 1º de Mayo, nos siguen llegando honrosas lecciones de entereza y razón, con puños apretados y alzados que también nos dicen que hoy son días de mujeres trabajadoras y voluntades mancomunadas en insurrección contra la resignación y el derrotismo.
Esencialmente.

Gabriel Carbajales


Trabajadoras: Las cifras de la desigualdad
Poco que festejar y mucho por que luchar.
Kaos. Mujeres y Géneros | 7-3-2011
A 103 años del día que fueron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva Cork peleando por sus reivindicaciones laborales y a 100 años de haberse decretado el 8 de marzo como el día internacional de la mujer, la desigualdad y la inequidad se mantienen.

Estas cifras hacen evidente la discriminación social y económica hacia las mujeres, producto de la eficaz alianza entre patriarcado y el capitalismo:

La mayoría de los 1.500 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día son mujeres. En todo el mundo, las mujeres ganan como promedio cerca de la mitad de lo que ganan los hombres.

Las mujeres de menores recursos deben trabajar desde muy jóvenes, son las que más hijos tienen, las que menos ganan y las que más tarde se retiran del mercado laboral.

Las mujeres se ocupan de la casa y los niños en 82% de los hogares.

Entre el 50 y el 80 por ciento de la producción, la elaboración y la comercialización de alimentos corre a cargo de las mujeres (Naciones Unidas)

En todo el mundo, según las Naciones Unidas, las tres cuartas partes del tiempo trabajado corresponde a las mujeres, quienes reciben por eso 3% del salario que se paga en el mundo y son poseedoras de solo 1% de la propiedad mundial.

Las mujeres que viven en la pobreza a menudo se ven privadas del acceso a recursos de importancia crítica, como los préstamos, la tierra y la herencia.

1000 millones de personas son analfabetas, de los cuales 670 millones son mujeres.

El 70% de la pobreza la padecen mujeres, aunque aportan las dos terceras partes del trabajo en el mundo y apenas ingresan el 10% de los sueldos. Entre el 15% y el 50% de las mujeres han sufrido abuso físico en su ámbito familiar.

Cada año, al menos 2 millones de niñas entre 5 y 10 años son vendidas y compradas en el mundo como esclavas sexuales.

Se estima que 5.000 niñas fueron asesinadas en 2009 en nombre de la honra. Cada dos horas, una mujer es apuñalada, apedreada, estrangulada o quemada viva para “salvar” el honor de la familia. Cada 7 minutos sufre golpes o maltrato físico y psicológico por parte de su pareja.

Durante los conflictos armados el ataque a los derechos humanos de la mujer (asesinato, violación, esclavitud sexual y embarazo forzado) se utiliza como arma de guerra.

En el mundo, 135 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital. La cifra se incrementa en dos millones cada año (AI).

La alfabetización de mujeres jóvenes (entre 15 y 24 años) es del 60% frente al 80% de los hombres (PNUD 2008)

Cada año mueren en el mundo más de medio millón de mujeres como consecuencia del embarazo y el parto (PNUD).

En los países en desarrollo no reciben atención prenatal el 35 por ciento de las mujeres; casi el 50 por ciento da a luz sin asistencia de personal especializado y el 70 por ciento no recibe atención en las seis semanas posteriores al parto (PNUD 09)

En el mundo hay más mujeres que hombres infectadas de sida (PNUD 2009). En África Subsahariana, por ejemplo, las mujeres representan el 57 por ciento de los adultos infectados por el VIH (Fondo de la Población de Naciones Unidas 2009)

Diana Cordero
Colectivo Kaos en la Red

2 comentarios:

  1. Es importante pensar lo que señalann algunas feministas como Christine Delpy: la discriminación en el mercado de trabajo es una forma de extorsión para la extracción de ese excedente que es el trabajo doméstico: invisibilizado, no remunerado y por lo tanto no computado.
    La mujer sufre esa primera explotación antes que las otras, en razón de su género.

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  2. UN ABRAZO A TODAS LAS COMPAÑERAS, QUE LES SOBRA , LO QUE MUCHOS HOMBRES TIENEN DE ADORNO, LOS HUEVOS BIEN PUESTOS Y QUE SE JUGARON HASTA LAS ULTIMAS CONSECUENCIAS Y ENTREGARON SU VIDA.
    POR ESO CUANDO MUCHOS CAGA TINTAS, Y MAL PARIDOS COMO NINO NOVOA Y ESTE LACRA DE SARAVIA ,QUE ESPERO ALGÚN COMPAÑERO LES ESCUPA LA CARA,YA QUE TENDRIAN QUE ESTAR EN EL PARTIDO COLORADO Y NO EN EL FRENTE AMPLIO ,NUNCA LOS VI JUGANDOSE LOS HUEVOS COMO SE LA JUGABAN LAS MADRES DE FAMILIARES DE DESAPARECIDOS EN LA DICTADURA.
    YA QUE LA PROPIA IZQUIERDA DISCRIMINO A MUCHÍSIMAS COMPAÑERAS DENTRO DE MUCHAS ORGANIZACIONES.Y MUCHOS QUE SE COMÍAN A LOS NIÑOS CRUDOS ,HOY LE LAMEN EL CULO AL SISTEMA PARA ESTAR DONDE ESTÁN

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