sábado, 4 de agosto de 2012

Aclarando una entrevista publicada en La Diaria

 LA CULPA NO ES DEL MENSAJERO...
sino del entrevistado y su forma media cuadrada de expresarse; también es muy poco el espacio en que el periodista debió sintetizar un intercambio abierto y sincero durante dos horas. Ello no quita que personalmente no me haya gustado mucho como quedó la entrevista  
De todas maneras es preciso dejar constancia y aclarar algunso conceptos:
UNO: En el 2002 el Estado compró las carteras incobrables mendigando un préstamo al FMI y un adelanto a George Bush (padre). Más deuda externa para salvar a los delincuentes que viven en Carrasco y Punta del Este. Jorge Batlle asumió compromisos con los EEUU cuyos efectos todavía tiñen la política en Uruguay. Quedó planteado un dilema ético y filosófico: ¿está bien “salvar” capitales bancarios con dineros que luego salen de los impuestos que paga el pueblo asalariado? Danilo Astori entendió que sí, que debía asumir ese compromiso con los capitales extranjeros y dió el primer paso concreto apoyando la ley de estabilidad financiera y haciendo que el Frente Amplio la apoyara. Para salir indemne de la jugada se creó un clima de “salvación nacional” al cual contribuyó  el MPP desde la izquierda del
Frente Amplio. Es exactamente lo mismo que ocurre en EEUU, Grecia y España, el 99% salvando al 1% pero la demagogia insiste en hacer creer que si caen los bancos se cae el mundo... Así es el capitalismo, joder! El Estado no venía a “salvar” las deudas contraídas por la gente con el carnicero del barrio, sólo le preocupaba el capital bancario.  A eso me refiero cuando digo que en 2002 era mejor que cayeran los bancos fundidos. A los que deseen comerse otra pastilla... ¡buen provecho!  
‘DOS:  creo que en Uruguay funcionaron los amortiguadores para frenar la indignación de gente de muy diversa condición, algo que no ocurrió en Argentina donde no existían amortiguadores políticos para la bronca extendida a todos los sectores sociales. En España, por ejemplo, pareciera que los amortiguadores van dejando de ser efectivos y los pueblos los están paulatinamente pasando por encima. También es cierto que es abundante la experiencia en mediatizar y hacer demagogia de la “clase política” española. Es de señalar que el MPP y el PCU no estimularon el ánimo de lucha de la gente en el 2002 y esa ausencia ayudó a los sectores de la derecha del Frente Amplio. Si el MPP hubiera mantenido la misma actitud de confrontación con Astori-Vázquez-Seregni que tuvo en 1994 con la “minirreforma” otros gallos habrían cantado. Lástima que ya no era la fuerza militante de Jacinto Vera en agosto de 1994. Los bomberos no tuvieron oposición alguna. Jorge Batlle terminó su período y todavía sigue predicando. El Frente Amplio cosechó en votos la indignación de la gente y el sistema siguió funcionando para que haya más PLUNAs, más soja, más BOTNIa y ARATIRI y viva la pepa! Se podía haber dejado caer al Jorge Batlle, se podía haber ocupado el parlamento como van a hacer los españoles, pero la historia es como es y a llorar al cuartito como dice el Mau Mau.
TRES: Por mi parte sigo confiando que alguna vez el pueblo trabajador ocupará el territorio nacional entero y haremos una gigantesca asamblea constituyente para organizar el Uruguay sin un Estado que gobierne quien gobierne, sólo se preocupa por los campiani y desprecia a los trabajadores.
Cada vez me soprende menos hasta qué punto pueden llegar en su integración a la clase dominante. 

Abrazos Tambero
Zabalza: “Estaba por empezar a incendiarse la pradera y vinieron todos los bomberos”
-¿Los saqueos fueron una movida de actores de la derecha?
-En general, cuando hay cuestiones sociales de por medio me niego a responsabilizar siempre a la derecha. Ese tipo de justificaciones eluden el problema real. Quizá, en algún caso puntual, como el de Lecocq y Aparicio Saravia, hubo cosas raras, pero en otros no creo que hayan actuado grupos de derecha. Hubo explosiones de gente, aumento del desempleo, incremento de los desalojos, explosión de los asentamientos, infantilización de la pobreza. La gente reacciona y enseguida se dice que fue una conspiración de la Policía. Por favor.
-¿Dónde estaba el 2 de agosto?
-Acá, en Santa Catalina, frente a la carnicería. El dólar pasó de 14 a 35 pesos y no podía comprar carne. La preocupación nuestra era cómo salir a cazar vacas. Había una olla popular que les daba de comer a 700 personas todos los días un ensopado. Y esa gente estaba muy caliente. En los asentamientos, cuando había alguna movilización, contra las razias, por ejemplo, hubo intervención de la izquierda radical, del MLN [Movimiento de Liberación Nacional] o del MPP [Movimiento de Participación Popular]. Si cuadros de la derecha se meten a provocar, eso no deslegitima a toda la gente que estaba en la calle. Había un hambre desesperante y si un agente policial encubierto va a un lugar a decir “vamos a saquear supermercados” y se le suman 100 o 150 personas, como pasó en San Martín y Yatay, el tipo pone el dedo en la matadura; es el detonante, pero antes hay una situación social.
-¿Cuál era su posición por esos días?
-Yo creía en dos cosas: en lo económico, a los bancos fundidos no había que salvarlos, y en el plano político había que voltear a Jorge Batlle. ¿Por qué no lo vas a voltear a Jorge Batlle? Pero se impuso la concepción de la democracia formal: esperar a las elecciones. El aparato del Frente Amplio terminó ganando, terminó teniendo razón.
-¿Teniendo razón o ganando?
-Ganando; desde el punto de vista electoral tuvo la razón, fue una estrategia correcta. No fue una estrategia correcta para los intereses populares. La crisis de 2002 marca el momento en el cual los sectores dirigentes del FA, encabezados por Danilo Astori, empiezan su asociación con el gran capital. A partir de ahí Danilo se gana la confianza de los organismos financieros y las corporaciones. Ese juego político, que incluye el salvataje a la banca, arrastró a toda la izquierda hacia un modelo neoliberal con políticas sociales.
-¿Qué sectores de la izquierda eran partidarios de precipitar la caída de Batlle?
-Sólo la Corriente de Izquierda. El Partido Comunista dudó. En el FA predominó la línea de lo menos malo, o sea, un anticipo de lo que vendría después. Había un clima de efervescencia, pero el FA operó para amortiguarla y canalizarla sólo para el plano electoral. Y lo logró. Encarrilló la indignación, como la que viven hoy los españoles, hacia las elecciones de 2004. Ahí cosechó el fruto de su capacidad para controlar a la gente. Estaba por empezar a incendiarse la pradera y vinieron todos los bomberos. Los partidos de la derecha y la derecha del FA. Y lo lograron apagar.
-¿Los tomó por sorpresa el FA?
-Para nada. Veníamos de los ensayos de ese neoliberalismo con políticas sociales de las intendencias de Vázquez y, sobre todo, las de Arana. La sorpresa es más por el lado del discurso del MLN y el MPP, por la discusión que veníamos teniendo desde que salimos de la cárcel en 1985 hasta 1994 o 1995, porque con matices, todos los voceros veníamos diciendo lo mismo: José Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro, Julio Marenales y yo. Ellos, paulatinamente, se fueron plegando a las posturas más a la derecha del FA: la historia del menos malo, estar en los lugares de decisión y, con esa lógica, fueron arrastrados hasta las posturas de hoy. Que tienen apoyo popular, eso no lo niego.
A 10 años del 2002 (La Diaria)

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