martes, 15 de enero de 2013

China: reflexiones en relación a un trabajo


por William Yohai


 Hemos recibido, en respuesta a un artículo publicado hace algunos meses en “Rebelión” sobre China y que nosotros distribuimos por correo electrónico y comentamos según se lee  más abajo, el correo que también reproducimos. Que, a su vez, nos mereció la respuesta que sigue.

"El mejor análisis sobre la economía China que hemos leído.
Y en Español.
Completamente extaordianario.
Extraído de "REBELIÓN", recomendamos fuertemente su lectura.
William Yohai"

No te parece exagerado éste artículo , desenfrenadamente sesgado en una dirección , no dudo de problemas en la economía China , no coincide en un exámen supuestamente de izquierda con la aparición en EEUU  de libros acerca del fracaso de China , que el siglo xxi continuará siendo el siglo de USA y de otros países imperialistas ,Japon ,Alemania incluso de Polonia , que los países del BRIC no tendrán el desarrollo que otros les anuncian ,en fin parece ser que ese artículo esta
elaborado en base a servicios especializados , que junto a los libros mencionados y otras campañas propagandisticas pretenden levantar la autoestima de las poblaciones de los paises imperialistas ante la crisis que los atenaza .Creo que hay que estar atento a esto y no hacerse eco de operaciones diversionistas mas o menos fundamentadas ,
saludos
Heber

12 de enero de 2013

Estimado Heber: coincido; mi elogio del artículo es exagerado.

Creo que lo bueno del mismo está en la cantidad de información que da, información que es difícil de encontrar en español.

El punto más débil del mismo está en intentar la comparación de una economía productiva, o sea, basada en la producción de bienes materiales, con economías que se han vuelto de "servicios" y dentro de estos, los financieros, de seguros e inmobiliarios tal como la de España.

Dejar de lado este aspecto esencial de la economía China conduce al planteo de pronosticar una próxima crisis económica y financiera que, al menos para mí, no está nada claro que se va a producir.

China está pesando decisivamente en los mercados de materias primas para beneficio de países como el nuestro y el resto de América Latina. Beneficio transitorio e ilusorio, ya que hemos acentuado el retorno al viejo esquema de comprar productos industriales y vender materias primas con poco o nulo procesamiento.

También es cierto que China se ha vuelto un contaminador de primera.

Al mismo tiempo aquel país representa la contra cara imprescindible de la globalización neoliberal. Para que los capitalistas de los países centrales pudieran deslocalizar sus industrias bajando drásticamente los salarios reales en ellos, destruyendo los sindicatos y generando la crisis de endeudamiento que les permite además desmontar el estado de bienestar y privatizar sus empresas públicas, incluyendo la educación y la salud, necesitaban una gigantesca fábrica en alguna parte del planeta regida por una dictadura férrea que  controlara a su vez los salarios y beneficios de los trabajadores.

Para la dirección China, formalmente nucleada en el "Partido Comunista", sólo de nombre, la situación le ha permitido pasar de regir un país con un bajo nivel de industrialización y destinado a continuar marginado en la escena de poder internacional, a mandar sobre una potencia económica, financiera y progresivamente militar, de primer orden.

Estoy leyendo todo lo que sale en los medios electrónicos sobre China (todo lo que veo, claro) y es interesantísimo ver como un proceso que se inicia a fines de los 70 después de la muerte de Mao (1976) con el fin de mejorar la situación de la población del país, fuertemente golpeada por los bandazos económicos y políticos desde 1949 ("gran salto adelante", revolución cultural, etc.) se transforma rápidamente en un tránsito a un capitalismo con fuerte influencia y dirección estatales.

Surgen así, basados en los descendientes de aquellos viejos dirigentes revolucionarios, los llamados hoy "principitos", una clase capitalista extremadamente concentrada propietaria de grupos industriales que facturan y valen en el mercado miles de millones de dólares.

China pasó así a ser el principal mercado para los Rolls Royce y otros automóviles y artículos de extremo lujo.

El férreo control estatal de la economía le ha evitado sufrir las tradicionales crisis periódicas capitalistas.

Se alza, cada vez que alguna de estas amenaza presentarse, lo que algunos analistas llaman "un muro de dinero". El Estado comienza a emitir dinero en forma de deuda en proporciones gigantescas y lo utiliza para generar infraestructura evitando así los efectos deflacionarios de la crisis. Se mantienen el empleo, los salarios y la producción. El caso de la crisis de 2008 es claro. China inyectó en la economía un estímulo equivalente al 10% del PBI. Para Uruguay hubieran sido 4 o 5 mil millones de dólares inyectados en poco más de un año. Algo así como construir con fondos públicos 50 mil viviendas en ese lapso.

Los límites a este crecimiento económico exponencialmente acelerado que lleva ya 30 años están en las disponibilidades del planeta de suministrar materias primas y absorber la contaminación que genera la industria.

Con respecto al papel internacional de China: entiendo que ésta tiene intereses comunes y a la vez contrapuestos con el imperialismo yanqui-europeo occidental.

Hasta ahora China y los EEUU han, como dije más arriba operado en una especie de tándem.

Los trabajadores chinos con su esfuerzo y privaciones han financiado el  consumo de las masas de EEUU proporcionando productos a bajo precio. O sea, no sólo es un tema de productos baratos. China amontonó 3 billones de dólares de crédito contra EEUU. Principalmente del sector público. Y ese crédito barato permitió que durante los últimos 20 años, antes de la crisis financiera que estalló en 2008 la caída en el salario real de los yankis no se trasuntara inmediatamente en una caída en sus niveles de consumo.

El crédito fácil alimentó esa ilusión.

En suma:
1) la burguesía, encabezada por los bancos, empresas de seguros, operadores inmobiliarios y las grandes multinacionales de servicios e industriales ganaban.
2) Los trabajadores yankis consumían.
3) La gran burguesía China, aliada al PCCh también ganaba.
4) Los campesinos Chinos eran forzados a abandonar la tierra mediante la expropiación forzosa (algunos lo hacían y hacen voluntariamente en busca de mejores horizontes en las ciudades) a precios de ruina por parte de los gobiernos locales que después las vendían para los grandes emprendimientos industriales e inmobiliarios. Los funcionarios de estos gobiernos se enriquecían (aún lo hacen) en este proceso.
5) Los  funcionarios del Estado y el Partido mantienen su poder y hacen también excelentes negocios.

¿Cómo sigue esta historia?

Algunas cosas parecen estar claras: China ya no es un país atrasado. Tampoco es un país capitalista desarrollado. La desigualdad económica y social es enorme. Sí, grandes masas “han salido de la pobreza”, tal cual lo afirman los analistas. Pero; ¿a que precio? El consumo sin duda es mucho mayor que antes. Y algunos sectores de trabajadores comienzan a lograr conquistas, al menos la reducción de horas de trabajo y salarios mínimamente dignos. Tal es, por ejemplo la situación de los trabajadores de la gigantesca FOXCOMM, (300.000 según la información disponible) que fabrica los Ipod, los Ipad y los Iphone de Apple.

Fuera de algunas empresas como esta, objeto de una persistente atención internacional, seguramente la gran mayoría sigue trabajando jornadas infinitas por salarios muy bajos. China lleva adelante en el mundo un “imperialismo suave”. Corrompe funcionarios gubernamentales en África, Asia y América Latina para desarrollar minas y campos petrolíferos que necesita para su voraz desarrollo industrial. Al mismo tiempo instala escuelas y hospitales, construye carreteras y aeropuertos. Pero las relaciones internacionales que fomenta y desarrolla en nada se diferencian del neocolonialismo de los siglos XIX y XX. Vende productos industriales e importa materias primas.

El imperialismo Yanki, mientras tanto trata de frenar la influencia China en Asia, América Latina y África. Con éxito variable. Alianzas extrañas se producen; Vietnam que sufrió varios millones de víctimas a manos yankis se alía con EEUU para frenar la expansión China con quien tiene antiguas disputas territoriales. China continúa financiando, menos ahora, al imperialismo. Invierte en distintas esferas en los mismos EEUU, que limitan y controlan estrechamente tales incursiones.

En  cuanto a América Latina, es cierto, la influencia China de alguna forma contrapesa la presión imperialista yanki aliada con Europa. Pero, reiteramos, las relaciones comerciales tienen un marcado cariz neocolonial.

Bueno, Heber, tales son las reflexiones que tu breve respuesta me ha provocado. Espero sean de utilidad.

Información disponible también en este link: resonandoenfenix.blogspot.com

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