jueves, 21 de febrero de 2013

Asesinado a balazos lider campesino paraguayo




21.02.2013 |

Sus compañeros acusan a sicarios contratados por empresarios
Asesinan a balazos a un líder del movimiento campesino paraguayo
Benjamín Lezcano participaba en organizaciones que se oponen al uso de transgénicos y a la instalación de una planta de aluminio. Lugo se había opuesto a ambas acciones, pero Federico Franco las autorizó apenas lo derrocó.

 El dirigente campesino, de unos 57 años, tenía antecedente policial por invasión de tierra, permaneció un mes aproximadamente preso en la comisaría de Horqueta, pero ya había sido sobreseído



Un prestigioso dirigente campesino paraguayo fue asesinado a balazos en el departamento de Concepción, en la frontera con Brasil. Las organizaciones de trabajadores y pobladores rurales denunciaron el hecho como un nuevo intento de "aplastar la protesta social" y dijeron que el crimen pudo ser cometido por orden de grupos vinculados a los plantadores de soja o a los intereses afines a la multinacional de origen británico-australiano Río Tinto, que instala en la zona una gran planta productora de aluminio. Los pobladores rechazan tanto la siembra de soja con semillas transgénicas como el emprendimiento minero, por los riesgos ambientales que conllevan ambas actividades.
La muerte de Benjamín Lezcano ocurrió en Arroyito, 380 kilómetros al norte de Asunción. Dos personas llegaron hasta la puerta de su casa y, a la vista de varios vecinos, le destrozaron el cuerpo con 17 disparos de fusil FAL, un tipo de arma que sólo emplean las fuerzas de seguridad o los grupos armados vinculados a las mafias del contrabando y las drogas. Con Lezcano ya son tres los activistas sociales asesinados en los últimos meses y las sospechas siempre apuntan en la misma dirección: sicarios contratados por los grandes productores rurales.
Un comunicado emitido por varias organizaciones campesinas señaló que el crimen, cometido al anochecer del martes, "muestra el afán irrefrenable de aplastar la protesta social" y agregó que era conocida la posición de Lezcano "contra la utilización de semillas transgénicas y contra la instalación de una enorme planta fundidora de aluminio de la multinacional Río Tinto". Por último, el texto, que no fue reproducido por los medios de prensa dominantes, denunció "el terrorismo de Estado que permite que situaciones como ésta sigan repitiéndose". En diciembre pasado, y en circunstancias similares, fue asesinado Vidal Vega, otro activo dirigente campesino.
Si bien en Paraguay siempre se cultivaron las especies genéticamente modificadas producidas por la multinacional Monsanto, el derrocado presidente Fernando Lugo se había opuesto a la implantación de nuevas semillas. De igual manera, había demorado la autorización para la instalación de la planta de Río Tinto, a la que le exigía un estudio responsable de impacto ambiental. Pocos días después del golpe de Estado del 22 de junio del año pasado, el presidente de facto, Federico Franco, firmó sendas resoluciones por las que autorizó el ingreso de nuevas semillas de algodón, maíz y soja transgénica y la instalación de la minera.
Como ha sido habitual ante los 129 asesinatos de líderes campesinos registrados desde 1989, la policía intenta reducir los crímenes a luchas internas y, más recientemente, a acciones de un fantasmagórico Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), una supuesta guerrilla que, "de existir", según palabras del ex ministro del Interior, Rafael Filizzola, estaría integrado por no más de 15 personas que se dedicarían al secuestro de propietarios rurales por los que pedirían rescates. De todas maneras, hasta ahora se conoce uno solo de esos casos, el del ganadero Fidel Zavala. Ayer fue el comisario policial del lugar, Antonio Gamarra, el que dijo que, "para mi, lo mató el EPP".
"Nuestra hipótesis es que fue ejecutado por sicarios de los sojeros, porque no se vio huir a los asesinos hacia la ruta, sino entrar en una de las estancias" contra las que se centra la protesta, dijo Francisco Jara, de la radio Ka’avy Poty. "Es la lucha de terror de los poderosos", agregó, para recordar luego la muerte en circunstancias similares de otros dos líderes, Sixto Pereira y Vidal Vega. El primero era un referente de la lucha contra los sojeros, asesinado en setiembre último, y el segundo era el presidente de la comisión de Yvy Pyta, escenario de la masacre de Curuguaty, el episodio montado para justificar el juicio político express con el que se destituyó a Lugo. «
                                                       Ansa
 Lo acribillaron de 53 impactos de bala
Un viejo luchador contra el uso de transgénicos
Con el asesinato de Benjamín Lezcano, suman 129 los campesinos eliminados desde 1989, en el contexto de lucha por la reforma agraria y contra la siembra de semillas transgénicas. Lezcano, conocido como Toto entre sus compañeros de militancia, era un antiguo dirigente de los sin tierra paraguayos. En 1986 participó en la ocupación de asentamientos y la conformación de comisiones vecinales. En 2008 encabezó la toma de la estancia Santa Adelia, por lo que fue imputado por "invasión de  inmueble" junto con un centenar de personas más. Obtuvo "medidas sustitutivas".
Por esa razón, tenía que ir mensualmente a una fiscalía cercana para firmar los documentos que probaban su residencia. En las últimas semanas de 2012, tras el asesinato de su compañero Vidal Vega y el temor que provocaba la militarización de las áreas rurales de Concepción, dejó de cumplimentar ese trámite, por lo que fue detenido. Hacía cuatro semanas había recobrado la libertad. Antes de la muerte de Vega, a fines de 2011, había muerto acribillado Mariano Jara. Entonces, aunque sus compañeros lograron atrapar al asesino, la policía lo liberó.
El dato
Saña
A Lezcano le destrozaron el cuerpo con 53 disparos de fusil FAL frente a sus vecinos.
 

icarios enviados por productores brasileños habrían ejecutado a Benjamín Lezcano. Luego del hecho, los asesinos se escondieron en una de las estancias, aseguran dirigentes locales. Ya suman 129 los campesinos asesinados en la lucha por la tierra desde 1989.


Desde setiembre de 2012 las comunidades de Arroyito, especialmente de los Núcleos 4 y 6 se movilizaban contra el cultivo de soja transgénica en las estancias que rodean los asentamientos, articulados por varios dirigentes, entre ellos Lezcano.

En medio de comunciados, movilizaciones, denuncias se encontraba la comunidad cuando ayer, hacia las 18 horas, dos pistoleros en moto fueron hasta la casa del dirigente y lo asesinaron. El cuerpo acusó entre 18 y 20 impactos de bala.

“La hipótesis que manejamos es que fue ejecutado por sicarios de los sojeros brasileños, porque no se los vio salir hacia la ruta, se los vio entrar en una de las estancias”, describió Francisco Jara, otro referente campesino local y comunicador de la radio Ka'avy Poty, que Lezcano ayudó a levantar hace años.

Dijo que no sabía el nombre de la estancia, pero es la que se ubica en el portón mismo de Núcleo 4 de Arroyito, que aparentemente tiene propietario brasileño pero arrendado a colonos menonitas.

En estos momentos se vive un ambiente de reuniones entre referentes de las distintas organizaciones locales, primero para acompañar en su dolor a la familia de Benjamín Lezcano y después para analizar qué medidas tomar, para esclarecer el suceso.

El dirigente y comunicador Jara dijo que no sabían por qué habían asesinado a Lezcano ayer y no en otro momento, pero recordó también la muerte de otros dos líderes, Sixto Pereira y Vidal Vega ocurridas en las mismas cirscunstancias. 

El primero es otro referente anti sojero y antitransgénicos de Puentesiño-Concepción, asesinado en setiembre último y el segundo era el presidente de la comisión de YvyPyta, escenario de la masacre de Curuguaty, que manejaba mucha información sobre el caso.

Jara dijo que estos tipos de ajusticiamiento son el modo de operar de los poderosos contra dirigentes campesinos.

Con el asesinato de Lezcano, suman 129 los campesinos que son eliminados desde 1989, en un contexto de lucha por acceder a la tierra con el respeto de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

Perfil de Benjamín “Toto” Lezcano

Francisco Jara describe a Lezcano como un dirigente sin tierra comprometido desde el principio con la lucha campesina. En 1986 participó en la ocupación del asentamiento Arroyito y en la conformación de las comisiones vecinales. 

En 2008 enzabezó la ocupación de la estancia Santa Adelia y fue imputado por “invasión de inmueble” junto con un centenar de personas más, luego de un violento desalojo. Obtuvo medidas sustitutivas.

En ese contexto, siempre según Jara, el dirigente tenía que acercarse a firmar documentos en la fiscalía de Horqueta periódicamente. En las últimas semanas del año pasado no acudía aparentemente por el ambiente crispado y militarizado que vivían en la zona, por lo que fue detenido por la policía. Recientemente había sido liberado en las últimas semanas.
 
 
 
 
 

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