jueves, 7 de noviembre de 2013

Se pasaron de la raya

Desde hoy volvieron a entrar los bondis, pero han cerrado desde el mediodía una buena cantidad de comercios en Santa Catalina, porque se corre el rumor de que van a entrar los milicos con todo y que se armar cocoa gruesa. otro rumor es que hubo muy fuerte presión sobre la almacenera que tenía que ir a declarar como testigo clave y sobre otros varios testigos que aparentemente no fueron como se había quedado para los 11 de la mañana en el juzgado de Mercedes y Ejido.


07.11.2013,

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que su excompañero de militancia tupamara, Jorge Zabalza, “es alguien que está luchando con su cabeza equivocadamente”. Dijo que esto se debe a que “no es objetivo” porque “nadie puede decir hoy que en el Uruguay hay una situación de represión desatada, sin control”.
Las declaraciones fueron realizadas a Telebuendía. Allí habló extensamente de la situación ocurrida en Santa Catalina, de la muerte del joven Sergio Lemos y de muertes de criminales en manos de la Policía, que Bonomi se encargó de diferenciar.
Zabalza, que vive en Santa Catalina, fue uno de los primeros en criticar el actuar policial en su barrio. Criticó duramente a Bonomi, y dijo que él ha acrecentado la actitud de impunidad de la Policía. El ministro se defendió: “eso no lo ve nadie, eso lo ve él y lo creerán algunos más. Pero si usted va a todo el espectro político hay gente que dice que la Policía tiene una situación de debilidad y que no actúa. Hay dos visiones completamente distintas y ninguna de las dos son objetivas”. Afirmó a raíz de esto que hay gente que cree que “cuanto peor, mejor”.
En referencia a un post del blog del encargado de Comunicación del Ministerio del Interior, Fernando Gil, que tituló una columna: “A barrio revuelto, ganancia de incitadores”, que refiere al interés político que hay por detrás de los disturbios, Bonomi dijo que cree que en Santa Catalina “hay una indignación legítima, pero por ejemplo, el otro día, quemar la oficina de Gas Sayago, no tiene nada que ver con lo que pasó. Hay intereses políticos radicales y no radicales”.
“Zabalza se alejó de la organización que integrábamos juntos porque discrepaba con la caracterización del momento, con la política de alianza y entonces lo que hoy hace es consecuencia de esa diferencia”, sentenció.

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Un buen titular escandaloso para los señores feudales del “periodismo” amarillo
En una nueva exhibición de estupidez nada ingenua ni original, el diario “El País” –primero siempre- subtitula una nota de tapa del 6 de noviembre referida a los acontecimientos en Santa Catalina, farfullando que todo ha venido ocurriendo “En el feudo de Zabalza”… Y en la nota misma, se afirma –palabras más, palabras menos- que “el fenómeno Santa catalina” es fruto de la acción planificada y organizada extramuros por gente que ha hecho de los jóvenes “soliviantados” del oeste su “carne de cañón” radical y desestabilizadora…
(Se alude, obviamente, al mismo vecino “radical” entrevistado intermitentemente por algunos medios, al que cuando la crisis del 2002 estos mismos medios le atribuyeron estar organizando y conduciendo a los desacatados menesterosos de ese año dramático, a los mil copamientos de supermercados que protagonizaría salvajemente una horda humana que iría desparramándose como reguero de pólvora desde la falda del Cerro hasta el Paso Molino y más lejos; eso sí, dirigiéndolos este hechicero de la lucha de clases, desde su casa, con mágicas señales de humo y algún milagroso teclado morse, claro, porque aún no funcionaban como hoy las famosas “redes sociales” virtuales).
Anticipando esta ingeniosa primera plana del diario caganchero, algunas radios y algunos canales trataron de pintarnos desde la noche misma del brutal asesinato de Sergio Lemos, un panorama de barrio copado por “grupos extremistas” que nada tienen que ver con el lugar, y, también, diciendo tonterías como que “Santa Catalina es como un barrio privado”, en el que al que llega de afuera, la gente lo hace sentir “como sapo de otro pozo”, algo así como si “el Santa” fuera la emulación tugurizada, maloliente y contaminada de los opulentos y señoriales “Beverly Hill” de Carrasco y Punta Gorda, en los que nadie es sapo de otro pozo sencillamente porque ahí no entra nadie más que la crema privilegiada de nuestra desvencijada “tacita de plata”…
Ya cuando ocurrió la golpiza policial y la arbitraria detención de tres chiquilines de hace un par de meses frente a la casa de una vecina “catalinense” comprometida en la lucha por los DD.HH., la prensa estúpida pintó un panorama de “zona roja” manipulada desde lejos por no se sabe qué agentes diabólicos del mal pretendiendo prevalecerse de su supuesto “profesionalismo militante” para utilizar a la muchachada del cercano Oeste como si fuesen tontos nenes de pecho esperando a los salvadores ilustrados que vendrán a librarlos de las fuerzas del bien, y enrolarlos en las filas de la temible caterva ultra que desea voltear a toda costa al gobierno y ejecutar de parado al sistema.
La técnica mediática imperante, si así puede llamársele, responde a su misma razón de ser: preservar el statu quo, garantizar la existencia de una sociedad profundamente polarizada entre pobres y ricos, prolongar relaciones sociales fundadas en el sometimiento de la inmensa mayoría laboriosa por una ínfima minoría parasitaria; en fin, eternizar perversamente opresiones y desigualdades a través de una prédica incesante y una versión de la realidad, que son, de hecho, el complemento “cultural” de la función coercitivo-represiva del Estado y su caballito de batalla de siempre, el “principio de autoridad”, eufemismo grosero tras del cual se mimetiza el “principio del autoritarismo”.
Por supuesto que del primero al último de los dueños de estos medios prácticamente monopolizados por la clase dominante, cuenta con disponibilidad de preparación educativa e informativa como para ser plenamente conscientes de la obra magníficamente mentirosa que desarrollan sin que haya “ley de medios” que los frene. Son, en verdad, los dueños de la mentira industrializada y empaquetada con que día y noche los poderosos siembran en la población semillas de ignorancia y engaño colectivo al por mayor, sin atenerse en lo más mínimo a una objetividad con la que se llenan la boca muy buena parte de quienes se autoconsideran periodistas e informativistas, al servicio de los que sí sin exageración hay que identificar como los señores feudales de la prensa burguesa.
Es probable que fuera del Oeste de Montevideo, haya una considerable masa poblacional a la que esta fábrica de falsedad cotidiana pueda hacerle creer, por el momento, que lo que viene ocurriendo en Santa Catalina es el fruto camuflado de la acción disolvente del “profesionalismo militante” o de alguna gente con superpoderes mentales que lo hagan ser el satánico “señor feudal” del barrio capaz de encender una llamarada de odio y de dolor sin consuelo como la que sigue irradiándose sobre todo desde los corazones y la voluntad herida de quienes no son solamente un porcentaje demográfico del país sumergido: los jóvenes, esa franja etarea que en realidad va desde la media infancia hasta por lo menos los treinta años.
Pero en Santa Catalina, nadie, absolutamente nadie, podrá creerse tamaña fantasía mediático-burguesa. Hasta quienes son tremendamente cuestionadores de lo que se ha dado en llamar ligeramente “radicales”; ni el más flechado en este sentido, habrá de morfarse esta pastilla.
Por otra parte, lo que “El País” llama feudo, es, ni más ni menos, que un barrio humilde en el que el compañero Zabalza, entre muchos otros que saben cómo comportarse como buenos vecinos, es apreciado y respetado por esa simple condición, pero no por ninguna otra cualidad politiquera en la que los dueños de este diario son especialistas.
“El País” y los demás pasquines y canales y emisoras de radio, hay que decirlo en honor a la verdad y para no andar con gre-gre o disimulando orígenes y explicaciones “sociológicas”, si quieren cargar las tintas en el carácter “rojo” de este oeste cargado de furia, deberían señalar un aspecto que está en el fondo más profundo de la idiosincracia de esta juventud valiente y justiciera que hoy levanta los puños con orgullo y que no necesita que nadie venga a decirle qué debe hacer y cómo:
Estas muchachitas y estos muchachitos que no toleran un segundo más de prepotencia y atropello de asesinos uniformados o sin uniforme, son los hijos y los nietos de miles y miles de mujeres y hombres resueltos a no vivir en situación de calle o penando en pensiones de baja estofa, y que en sucesivas y masivas acciones directas, muchas veces resistiendo matoneadas diversas de milicos visibles y no visibles, durante más de 20 años, han venido ocupando estas tierras que no eran barrios, sino, sencillamente, predios baldíos estatales reservados para lo que hoy está en marcha en torno a la base militar naval que se trasladó de la Aduana al Oeste, por orden de las multinacionales saqueadoras, las zonas francas del narco-comercio, las amenazantes regasificadoras y cada gobierno asesino de los EE.UU.
La juventud del oeste de Montevideo es la heredera natural y enaltecedora de un conjunto social de miles y miles de familias laburantes, impelido por la miseria y el honor a una pequeña pero dignísima rebelión popular expresada a través de lo más elemental que debería mover a cada ser humano: el ejercicio del derecho natural a vivir bajo un techo que nos de cobijo y abrigo y sobre una tierra que nos pertenece y que nos alimenta no para destruirla, sino para enriquecerla y cuidarla de los que han hecho suya la imbecilidad mercantilista.
Los jóvenes y los no jóvenes de Santa Catalina ni necesitan ni toleran que de “extramuros” o de “intramuros”, se les diga desde alguna cabeza iluminada cómo deben seguir siendo respetuosos y celosos cuidadores de su propia dignidad heredada. Con aciertos y con errores, esta barriada es, como potencialmente podrían serlo todas las barriadas del territorio, un conjunto de individualidades capaces de hermanarse sin condicionamientos frente a los ataques de quien sea, y de discutir y valorar cómo seguir desarrollando una urdimbre de vida social lo más solidaria posible, sin que la ley sea el atropello, la prepotencia y el gatillo fácil, sino el respeto entre todos, sin menospreciar a nadie a pesar de una cultura que quiere hacer de nosotros ovejas obedientes y mezquinas.
Si “El País” y los demás esbirros mediáticos quieren un titular bien escandaloso, ya lo tienen servido: “El barrio SERGIO LEMOS/Sta. Catalina no tolera ni un solo abuso policial más, ni tampoco ningún abuso extra-policial que pretenda corrernos de nuestros hogares para que los ocupantes del oeste sean los gerentes de las multinacionales y la oficialidad de fuerzas armadas locales o combinadas con mercenarios extranjeros”.
(Medio largo, es cierto, pero entra perfectamente en el formato de cualquier primera plana o “telenoticiero” y en el entendimiento de cualquier iluso o distraído que sueñe con que el pueblo trabajador costero del Plata es territorio mesiánico de iluminados inventados en el teclado de los espupidizados o zona franca en la que cualquier ministrito mentiroso lleva a la gente de las narices al engaño y el matadero).
 Gabriel –Saracho- Carbajales, Montevideo, 7 de noviembre de 2013.-

Publicado el 7/11/2013

El ex dirigente del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros (MLN-T), Jorge Zabalza, al reflexionar sobre el accionar policial en el barrio Santa Catalina que tuvo la trágica consecuencia de un joven asesinado, afirmó que “se van a pasar más de la raya” y “habrá más muertes”.
Al dialogar con el programa “Primera Voz” de La Catorce 10, Zabalza calificó de “exceso” el procedimiento de los efectivos al considerar que “la Policía no tiene derecho a tomar un barrio como si fuera una zona de guerra”.
Discrepó con la solución que propone el nacionalista Jorge Saravia de “sacar a los soldados a la calle, porque eso ya lo vivimos”. A su entender, “Bonomi es responsable político” y compartió la apreciación del presidente José Mujica respecto a que “se pasaron de la raya”.
Sin embargo, Zabalza señaló que “hace tiempo que se vienen pasando de la raya. Acá no hay nada que se vea en las declaraciones del ministro en el reportaje que le hicieron en la revista Voces, no hay nada que se vea de alguna intención de cambiar”.
“Yo lo que veo, y a veces parezco un poco bruto porque los veo venir, es que se van a pasar cada vez más de la raya. Ahora, se pasaron de la raya, y van a seguir para adelante”, indicó.
Para Zabalza, “no hay una solución inmediata” y, como política de fondo, manifestó que “en algún país que conviví, el delito se controló porque había una organización de los vecinos, una organización popular y el pueblo estaba organizado de manera de poder controlar el territorio donde vivía”, especificando que se refería a la Revolución Cubana.
Estimó que “esta política represiva va a llevar a más muertes”.
Sostuvo que no han existido cambios en los diferentes Ministerios del Interior, elogiando la gestión de José Díaz a quien no lo dejaron hacer.

Zabalza entendió que Bonomi se equivocó cuando aceptó lo que le dijo la policía y salió a la prensa a darlo por un hecho. “La versión de que este chico había cometido el asalto y disparado primero, y después aceptar la verdad, hace que la gente de Santa Catalina y todos los que viven en barrios periféricos se den cuenta que tienen un estigma”.
Para Zabalza, la muerte del joven Lemos aún no está aclarada, ya que “el policía hacia un servicio 222 en la panadería de Santa Catalina, o sea que estaba seis horas por día en el barrio, trabajaba allá. Y el asesinado y sus amigos siempre están ahí en la placita en la terminal de Cutcsa porque, como en todos los barrios de la periferia de Montevideo, no hay donde jugar a a algo, un lugar donde estar, donde hacer algo. Ellos están ahí y ya habían tenido problemas porque el policía que se creía dueño de la terminal los había desalojado varias veces: él no tiró a una moto sospechosa que pasaba, él conocía a la víctima. Y si sospechaba, sabe quien es la víctima, vivía a una cuadra de ahí”.

La conducta política y el rumbo de la policía

Si hay algo que le reprocho al Ministro del Interior es que dio por bueno el informe de la policía y salió a decirlo públicamente, lo cual sesga a la opinión publica cuando tenia que haber tenido mucha más prudencia… y a la larga son los vecinos los que tienen  la razón”, detalló en declaraciones a Radio Uruguay del SODRE.
Apuntó también sobre el procedimiento cumplido porque “fueron a aterrorizar a la gente: eso no es forma de investigar un delito”.
En cuanto a las decenas de adolescentes que participaron de la quema de cubiertas y bloquearon la calles, explicó que “estos gurises participaron cuando eran niños en la ocupación de terrenos, en la construcción del barrio, cuando hubo que pedir el agua, la luz, vieron hacer barricadas para pedirla. Hoy tienen de 15 a 19 años y participaron en la construcción de cada una de las viviendas, con su padre y su madre, con los parientes, los vecinos. Tienen una cohesión”, aseguró aunque entendió que eso está surgiendo en “todos los barrios de Montevideo”.
Zabalza reconoció que gracias a la prensa, “cuando la policía avanzó sobre las barricadas si no hubieran estado las cámaras de televisión había otro muerto” y descartó de plano quienes acusan al barrio de ser un “feudo de Zabalza”, lo que calificó de “falta de respeto por la gente”.
Enfatizó finalmente que los problemas seguirán en aumento ya que “desde 2008 con el nuevo Código de Procedimiento Policial, desde que se empezó a militarizar la policía, desde que se empezó a entrenar y aprendieron de la policía israelí -que no es el mejor ejemplo del que aprender- se ha transformado en Palestina a toda la periferia. Y la guerra a la delincuencia se transforma en la guerra a su medio social, a los barrios, eso hay que reflexionarlo”.
Recordó en tal sentido los conceptos de SERPAJ “que son muy moderados y mesurados: hay un crecimiento de la violencia policial en los operativos y en la actitud de la policía frente a cada situación en particular, frente a los pibes que están en la esquina”.
Concluyó apuntando que “esto tiene responsabilidades políticas porque eso es una concepción que se está imponiendo y eso es político. Y si hay un ejecutor que es el policía, también hay un ejecutor mediato, que es el que crea las políticas que ambientan este tipo de cosas”.
Destacó que si no cambia la actitud general y se “pone freno a la policía” la situación empeorará.
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¿Quién y qué mató a Sergio Lemos?


Marcelo Marchese



Las declaraciones del Ministro de Interior fueron elocuentes en dos puntos cruciales: 1- la policía le plantó el arma a Sergio Lemos, a quien se quiso hacer pasar por delincuente; y 2- la propia policía se cobra cuentas entre ellos, entre los propios grupos policiales que deben actuar en Santa Catalina, de tal manera que apresan jóvenes por la noche, los someten a torturas, y luego los obligan a firmar declaraciones sin leer (en caso contrario vuelven a recibir golpes). ¿Todo esto se hace por saña? No y sí, pero en todo caso, lo hacen unos policías para complicar a otros policías.
¿Esto lo dice la gente del barrio? No. Lo dice el Ministro de Interior.
Aquel lector que habita en un barrio privilegiado no tiene porqué tener idea de cómo opera la policía en aquellos otros barrios donde vive el resto. El policía, de origen humilde, parece ser que a veces olvida su origen y a veces no acepta ni que se le pregunte por qué uno es detenido. Cuando es detenido, perfectamente puede uno ser golpeado con una guía telefónica a modo de cachiporra que no deje marcas, y jamás de los jamases cometerá el error de hacer la pertinente denuncia. Por lo que uno escucha de boca de detenidos y abogados, no es seguro que la Revolución Francesa y su declaración de Derechos del Hombre haya alcanzado a aquellos barrios.
Esa es la situación de nuestro Uruguay actual. ¿Alguien piensa que con este gobierno o con el que fuere tal situación cambiaría? Jamás. Todos sabemos que sólo puede agravarse y que inevitablemente nos convertiremos en Colombia. ¿Nos estamos refiriendo a cómo involuciona la moral policial? Si y no. Nos referimos a cómo involuciona todo. El gobierno no ha modificado en absoluto la metodología policial. ¿Puede modificar algo el Ministro del Interior, sea el que fuere? No gran cosa. Puede hacer movimientos como para que se crea que hace algo, pero el fenómeno escapa a su poder. La policía debe reprimir el delito, pero la sabia policía de la ciudad sería que no se generaran delincuentes. Y ahí tenemos el problema: cada vez tendremos más delincuentes, más violencia, peor policía, más miedo y peor vida.
Por un lado, el policía que cobra dos pesos, y que debe cerrar los ojos a cualquier irregularidad del Cuerpo Policial, debe combatir al delincuente, pero evitando, en lo posible, matarlo. Toda la histeria social compele al policía a actuar, pero a su vez, se lo compele a respetar ciertas normas. El día que ese delincuente sea apresado irá a vivir en un infierno viviente que nosotros, los estúpidos habitantes del mundo exterior al infierno, construimos para hacer de él, a la salida, un sujeto mil veces más peligroso. Por otro lado, cada vez tendremos más delincuentes. ¿Por qué? Por la pérdida de valores de la sociedad y por la pérdida de razonables fuentes laborales.
Nos pueden bombardear con números que informen, en una coyuntura internacional favorable a nuestros productos, que la desocupación ha llegado al mínimo histórico. Pero lo que habría que ver es qué tipo de trabajo es ese que viene creciendo. Se nos puede decir que el PBI per cápita ha crecido, pero habría que ver cuánto ha crecido el ingreso de los más ricos, y cuánto ha crecido el de los más pobres. Alguien podrá argumentar que lo recibido por los más pobres ha crecido, pero el más pobre razona que si lo suyo creció un poquito, lo de unos pocos ha crecido un disparate. El asunto no es si el más pobre está un poquito mejor, el asunto es que está mucho peor si consideramos cuánto recibe del porcentaje de la riqueza social.
Veamos unos pocos números elocuentes.
1- Según el Instituto Cuesta-Duarte: entre 1998 y 2000 la masa salarial en relación al PBI fue de un 34%. Entre el 2003 y 2005 se ubicó en un 26%. Entre 2006 y 2010 aumenta a un 29% o 30%. Pero ese porcentaje es mentiroso, pues en tanto gerentes y profesionales mantuvieron su porcentaje, los obreros, empleados y trabajadores dependientes pasaron de un 27,2% en 1998, a un 20,5% en 2005, y a un 23,5% en el 2010.
2- Entre 2003 y 2013, a causa de una multiplicación por diez del precio de la tierra, los terratenientes de más de 200 hectáreas se enriquecieron en 46.451 (cuarenta y seis mil cuatrocientos cincuenta y uno) millones de dólares. ¿Cuánto pagaron de impuestos a la tierra? Un 1%. ¿Cual es la tendencia a futuro?. Según el censo agrario del 2011, entre ese año y el 2000 desaparecieron 12.241 explotaciones rurales. ¿Nos referimos a los grandes latifundios? Absolutamente no, pues en 10 años se incrementó en 46 el número de explotaciones mayores a 2500 hectáreas. El 91% de la explotaciones rurales que desaparecieron tenían menos de 100 hectáreas. En nuestro Uruguay Natural hay 14.500 personas y empresas dueñas del 94% de las hectáreas agrícolas (15 millones y medio de hectáreas de un total aproximado de 16 millones y medio). Este dato debe ser tomado con cuidado, como todo dato, pues dentro de los 14.500 tenemos casi 6.500 propietarios de campos entre 200 y 500 hectáreas y tenemos a Montes del Plata que posee 250.000 hectáreas y a UPM con 200.000.
3- Esta concentración de la tierra en pocas manos ha significado que entre 1963 y 2004 perdiéramos el 50% de nuestra población rural. ¿A dónde fue a parar gran parte de esa población rural? No lo sabemos, pero lo sospechamos: a los pueblos del interior y a los cinturones de las ciudades, o a barrios como Santa Catalina.
4- Cuando nos muestren los números de cómo crece nuestra producción agrícola, que dicho sea de paso no crece demasiado, ya que aumenta un 1% anual (insistimos, en período de bonanza de precios internacionales) investiguemos en qué rubros crece, pues el impacto social de una producción y otra es considerablemente diferente. En la madera, cada 1000 hectáreas se ocupa a 4,85 trabajadores. En la ganadería extensiva, a 5,85. En el arroz, a 7,7. En lácteos, a 21,8. En frutas a 71, y en hortalizas a 138.
Así que en tanto nos preocupamos por el deterioro de los valores y reclamamos histéricamente seguridad y rogamos porque exista un patrullaje militar en las calles o vaya a saber qué, desplazando, con una inteligencia muy dudosa, la mirada siempre sobre la superficie sin pensar en las causas, en nuestro campo se está pergeñando la destrucción de la vida de los pequeños propietarios expulsándolos a las ciudades; la cadena productiva se deteriora; el entramado social se destruye; el trabajador debe dedicar cada vez más horas al trabajo (hablando con propiedad, al Capital); su hijo recibe una educación tediosa, represiva, violenta y de pésimo nivel (de la Salud ni hablemos); el tiempo dedicado a la familia es menor y de peor calidad con esa televisión siempre prendida; cada vez son mayores los núcleos familiares a cuya cabeza se sitúa una mujer sóla y mal remunerada y los niveles de violencia crecen en el tráfico y en los partidos de fútbol y de básquetbol y en las redes sociales.
Echamos doble llave a la triple cerradura de nuestras casas y miramos por el visillo de la ventana, en tanto sobre la ciudad se cierne la sombra del latifundio.

Una que fue a anotarse dijo que lo hacía porque le gustaba la adrenalina de los tiroteos y las persecuciones .




4 comentarios:

  1. desde hoy volvieron a entrar los bondis, pero han cerrado desde el mediodía una buena cantidad de comercios en Santa Catalina, porque se corre el rumor de que van a entrar los milicos con todo y que se armar cocoa gruesa.
    otro rumor es que hubo muy fuerte presión sobre la almacenera que tenía que ir a declarar como testigo clave y sobre otros varios testigos que aparentemente no fueron como se había quedado para los 11 de la mañana en el juzgado de Mercedes y Ejido.

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  2. el video del ingreso a la policia esta buenisimo/// principalmente la muchacha esta si entra va a ser un terror //habra que meterse abajo de la cama ///

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  3. El video te lo demuestra bien claro, miran para emplearse en la policia por la vieja miseria! Como las personas expresaron "trabajar en un lado y a los 3 meses te echan". Gente con flia, hijos que al no tener trabajo, van a la policia. Es por el HAMBRE!!!
    Asi fue toda la vida.

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  4. Esta chica que se ve en el video si llego a primero de liceo es mucho. Te das cuenta en su manera de pensar. Es una chica como tantas sin oportunidades socio-economicas en la vida. Ella penso de acuerdo a lo que ve en la violencia en las series americanas. Logico si entra con todos la preparacion fisica y psicologica puede llegar a hacer una bomba de tiempo. Pero no es su culpa la culpa es de un sistema que produce toda clase de violencia. No tiene consciencia de clase, una baja estigma de si misma. Si entra en la policia su ego va a crecer con valores de violencia, impotencia y frustracion. El revolver le va a dar esa clase de poder, de respecto y prepotencia que tuvieron con ella en su vida. Vaya a saber lo que sufrio esta chica.

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