martes, 22 de julio de 2014

El levantamiento del gueto de Varsovia

mayo de 1943.

Inicio del Levantamiento

El 18 de enero, las autoridades alemanas del gueto intentaron deportar a la población judía restante, pero las organizaciones judías clandestinas Żydowska Organizacja Bojowa (ŻOB) y Żydowski Związek Wojskowy (ŻZW) expulsaron a los opresores y tomaron el control del gueto. Se instalaron puestos de vigilancia en cada esquina y todo judío acusado de haber colaborado con los alemanes fue ejecutado, incluyendo a los miembros de la Gestapo judía.2 Los sublevados no disponían de muchas armas, la mayoría tenía pistolas y revólveres, y contaban con unas docenas de rifles viejos, así como una ametralladora. Disponían de muchos explosivos caseros, así como de granadas proporcionadas por el Armia Krajowa, el Ejército Territorial Polaco.
Cuatro días después de iniciarse la lucha, los alemanes se retiran del gueto e inmediatamente solicitaron refuerzos para recuperar el control del mismo. Por su parte, los judíos empezaron a cavar cientos de búnkers, incluyendo 618 refugios antiaéreos. Estos refugios subterráneos fueron camuflados, y se comunicaban unos con otros a través del desagüe; además contaban con electricidad y agua. Por su parte, los alemanes reunieron unos 2.054 soldados y 36 oficiales alrededor del gueto, incluyendo a 821 granaderos de las Waffen-SS. Asimismo se ordenó a unos 363 miembros de la colaboracionista Policía Azul polaca que rodearan el gueto. Se juntaron tanques, vehículos armados, armas de gas, lanzallamas y artillería para el eventual asalto.
La resistencia polaca vio una oportunidad de actuar en el levantamiento y empezó a intentar pasar armas dentro del gueto. Entre el 19 y el 23 de abril el Ejército Territorial y la comunista Guardia del Pueblo intentaron entrar al gueto desde distintas partes, sin éxito. Una brigada polaca, al mando de Henryk Iwański, incluso penetró en el gueto y logró establecer un enlace con la resistencia judía, ayudando a unos pocos a escapar. La resistencia polaca también transmitió mensajes de radio informando a las potencias aliadas de la desesperada situación dentro del gueto de Varsovia. A pesar de los esfuerzos polacos y judíos para mantener la resistencia, era cada vez más evidente que cuando los alemanes atacaran con toda su fuerza, el gueto caería.



El contraataque alemán

En la noche del Pésaj, el 19 de abril de 1943, insurgentes judíos lanzaron bombas molotov y granadas de mano cuando los soldados alemanes empezaron a avanzar hacia el gueto. Dos tanques franceses, capturados por Alemania, fueron destruidos por los hombres de la ZOB y la ZZW. Los soldados de las SS comenzaron entonces a quemar casa por casa, demoler sótanos y desagües, y a asesinar a todo judío que capturaban.
Cuatro días después, la lucha organizada acabó. Desde entonces los judíos se esconden en los refugios que habían construido, aunque centenares son capturados. Muchos se suicidan, y algunas mujeres detonan granadas que tenían escondidas bajo su ropa cuando son arrestadas.
Sabiendo que el final del levantamiento se acercaba, la población civil se aglomeró en las puertas del gueto, más que todo por curiosidad, porque el antisemitismo y el miedo a los nazis habían ahogado cualquier simpatía hacia la causa judía. El gueto continúa siendo arrasado diariamente, y el general Jürgen Stroop relata en su diario como "familias enteras se arrojan por las ventanas de los edificios incendiados". El 6 de mayo apunta que ha capturado a 1.500 judíos y han asesinado a 365 combatientes, a los que Stroop califica como bandidos.
Debido a las tácticas de guerrilla de las que hacen uso los judíos, los alemanes dejan de atacar por la noche. Los insurgentes judíos y polacos aprovechan para intentar romper el cerco alrededor del gueto, pero fracasan. Para el 8 de mayo se totalizan 20 días de combates continuos. En este punto los edificios del gueto son unas ruinas humeantes, y en sus sótanos se encuentran escondidos los supervivientes, que comparten el refugio con los cadáveres de los caídos, que a su vez son devorados por las ratas. Ese mismo día los alemanes toman el cuartel general del ZOB, siendo ejecutados inmediatamente todos los que se encontraban allí. Mordechai Anielewicz y su novia se suicidan antes de la llegada de los alemanes;1 también lo hacen la mayoría de los líderes. Otro dirigente, Marek Edelman, logra escapar gracias a un camión de la Armia Krajowa, que espera camuflado en una alcantarilla a las afueras del gueto. Los alemanes deciden que ya es hora de acabar con la lucha y empiezan a incendiar el gueto, los sobrevivientes se esconden en las alcantarillas, padeciendo un hambre y sed atroces. Sin municiones, no pueden suicidarse, por lo que piden a sus compañeros que los maten. Para evitar que el incendio pase los límites del gueto, los bomberos de Varsovia son desplegados afuera.
El 16 de mayo, Stroop declara que la batalla ha terminado y la sinagoga de la calle Tlomacka es demolida como símbolo del fin de la existencia judía en Varsovia. Los colaboracionistas polacos inician la persecución de los supervivientes del gueto, y le ponen un nombre a la misma: la caza del judío. Sin embargo, muchos logran escapar, viviendo escondidos hasta el alzamiento de 1944, donde las fuerzas alemanas también triunfaron.

De varias fuentes






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