jueves, 30 de octubre de 2014

El Estocolmo de Mujica

Nino Gavazzo, uno de los pocos criminales de "lesa humanidad" que cumple sentencia

 jue oct 30 2014 
El presidente José Mujica solicitó a la Suprema Corte de Justicia que acceda a que militares presos en la cárcel de Domingo Arena pasen a tener prisión domiciliaria.
El pedido surge a raíz de un documento de la Cruz Roja Internacional declarado confidencial en el que se recomienda realizar el traslado de cinco militares recluidos en esa cárcel por "estrictos motivos de salud", según informó Búsqueda que afirmó que uno de ellos sería José Nino Gavazzo.
La Cruz Roja realizó una visita a la cárcel de Domingo Arena así como a otras en las que había presos políticos y concluyó de tal forma debido al delicado estado de salud que padecen algunos de los militares.
lLos ministros de la Suprema Corte deberán remitir el pedido a los jueces de las causas para que estos determinen en qué medida se puede tomar aunque, según publica el semanario, puede haber problemas para concretarlo ya que la ley de medidas alternativas establece que no pueden beneficiarse de prisión domiciliaria los procesados por violaciones a los derechos humanos.
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 El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro, violación o retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y de un fuerte vínculo afectivo,1 con quien la ha secuestrado.


...Y dice cosas aplicables a la situación colombiana, igualmente sencillas y contundentes: “Nadie me tiene que pagar por lo que sufrí (como prisionero político por quince años), porque esas cosas no tienen moneda de canje”; a punta de cuentas de cobro no se llegará lejos y por el contrario, cada vez se profundizarán más los fosos que nos separan y se crispará aún más el ambiente. El costo de la paz, lo entiende Mujica como un asunto que cada uno debe responder a partir de la pregunta ¿qué estoy dispuesto a “pagar” por lograr la paz? Mujica nos da una pista, lo que “cada cual sepa llevar en su mochila”. La paz la puede firmar el gobierno pero quien finalmente la construirá y pagará, no solo en dinero, será cada uno de nosotros; por consiguiente, sin un claro y desinteresado involucramiento personal de todos, el acuerdo que se firme y hasta se apruebe en referendo será un papel muerto, sin vida ni sentido.
La paz depende de “que la gente diga la verdad...pues es imposible abrazarla sino se conoce la verdad”. Ese es el fundamento de la reconciliación a la vez que la mejor y única forma de castigo social y humano, que no penal a todos los que delinquieron en la guerra. Considera que en esta perspectiva de verdad y sinceridad, de reconciliación entre seres humanos que superan las diferencias y el pasado, la aplicación estricta de la justicia penal además impediría conocer la verdad completa por boca de los que vivieron los hechos, “mucho más importante que todo lo demás, porque es su futuro, es su porvenir”.
Escuchando a Mujica se entiende mejor que la paz exige más que decisión política y negociaciones, que recursos financieros y técnicos, por importantes que sean. La paz es un gran esfuerzo de transformación, de desarme de los espíritus para lograr un mínimo de confianza y respeto entre quienes conformamos una sociedad hoy convertida en campo de batalla de una lucha sin propósito ni final. Si no se acepta que el otro, el diferente a mí, también tiene bondad, humanidad y sus razones y derechos, aunque aún lo vea o me lo presenten como el enemigo, será imposible volver a pescar de noche, como definía la paz ese otro viejo sabio por lo sencillo y humano, el maestro Darío Echandía. Es irreal e irracional pretender dividirnos entre buenos y malos en un maniqueísmo primitivo que no respeta fronteras políticas, sociales, ideológicas, de género, ni de regiones, y que se siente con mayor fuerza en las cercanías de los centros de poder.
Para rematar, Mojica nos lanza una pregunta “¿por qué tienen que cargar las nuevas generaciones con los fantasmas de nuestro dolor y de nuestras contradicciones?” Y como si quisiera convencerse a sí mismo, no vacila en decir “vale más la paz que la justicia”.

Yerro de Mujica: Sin justicia no puede haber paz 

La Cruz Roja Internacional en orsai




Si no hablan, cárcel común como corresponde




Mujica cumple

No se habían terminado de contar los votos pero sabiendo ya de la mayoría parlamentaria y que de hecho el FA va a ganar el balotaje, Mujica cumplió su tan anunciada promesa ya estampada sobre el electorado apenas fué confirmado como Presidente y confirmada también la derrota de la rosada gracias -entre otros factores- al sabotaje premeditado de ciertos sectores del FA, de que iba a liberar a los "viejitos" ( es decir a los criminales de lesa humanidad condenados y presos por atroces crímenes) antes de que terminara su mandato. Así lo dijo entonces.
Su mandato termina pronto y antes de su fin aquí está el vengativo Mujica aplicando friamente su siniestro plan. Plan porque esta liberación de los criminales es un arreglo gestionado de largo tiempo atrás con los representantes de los verdugos, plan porque encubierto (como ahora) en razones absurdas, se procesa a cambio de algo que no se dice abiertamente pero que todos sospechan: es un trato, es un pacto, se hace a cambio de algo. Más aún, no se dice tampoco quienes han presionado para soltar a "los viejitos" como de manera asqueante Mujica definió a gente que en otros lados (Israel y Alemania por ejemplo, que son "referentes" y "sociedades ideales y democráticas" para Mujica y su gobierno) ha sido o bien colgada o bien ha muerto en prisión en consideración a la magnitud de sus crímenes. Dos ejemplos: Eichman (Israel) y Rudolf Hess (Alemania).
Jamás nunca podrá Mujica convencer a nadie que razone de que aquí no hay un pacto. De contenido desconocido por ahora. Que han habido presiones sea de fuerzas nacionales como internacionales (por ejemplo el conocido asesino serial Obama). Uruguay seguirá siendo un paria en materia de DD.HH. a nivel internacional con un crédito rozando el mínimo y ahora ya bajo el mínimo posible. Seguirá siendo un ejemplo de continuación de la violación de las Convenciones Internacionales de la ONU.
Muchos se preguntan si lo de los presos de Guantánamo no está vinculado a esta "movida" post-electoral y de pedidos que van y vienen desde el imperio y se interrogan si acaso no estamos en presencia de favores mutuos.
Mujica lo pone en práctica, con descaro total y como una afrenta sin parangón a los familiares de las víctimas así como a la legalidad internacional. Lo hace después de saberse el resultado electoral de manera de no haber arriegado el perder muchos votos por la izquierda o sencillamente de demócratas, y lo hace también de cara a la segunda vuelta con el fin de congraciarse con votantes colorados más que nada. Bordaberry mediante.
En el contexto está también el quizás aún vivo interés de Mujica de volver a intentar ser Premio Nobel de la Paz. Ya Obama lo había propagandeado pero no fué suficiente, ésta quizás sea la "segunda vuelta". Afirmar que la paz está por encima de la Justicia es la mayor aberración que se haya escuchado de un mandatario. Toda la comunidad internacional, los muy poderosos movimientos por los DD.HH. en todo el mundo, ninguno acepta esa separación brutal y asqueante que hace Mujica. Sabiendo muy bien, porque lo sabe, que nunca ha habido ni habrá paz sin justicia que la una va de la mano de la otra cuando se trata de solucionar conflictos internos o internacionales. De lo contrario y en esto la legalidad internacional es muy estricta NUNCA HABRA JUSTICIA Y POR LO TANTO TAMPOCO HABRA PAZ. Por lo tanto es una de las mayores y más frías  mentiras de Mujica. Paz sin justicia es lo que siempre las fuerzas democráticas han calificado como la paz de los cementerios. Paz sin justicia es ESTIMULAR LA INJUSTICIA Y A LAS FUERZAS DEL MAL es el establecimiento y legitimación de la impunidad. Por lo tanto es garantizar que el conficto pervive y se volverá a manifestar en cuanto los vencedores lo consideren necesario. Si no hay justicia no habrá paz. Organizaciones de mucha influencia internacional se llaman, precisamente y no por casualidad, PAZ Y JUSTICIA. La impunidad debe de ser quebrada, para ello no puede haber paz sin que se haga justicia. Es decir que debe de esclarecerse todos los crímenes y debe de certificarse la condena a todos los asesinos.
A Mujica, el rencorso (con los de abajo porque con los de arriba y cuanto más arriba mejor, Obama por ejemplo jefe del imperio ideólogo, dirigente y organizador del golpe militar y particularmente del Plan Cóndor que estos "viejitos" llevaron adelante con centenares de víctimas de gente decente y demócrata) se está cobrando el desafío de la población que no lo escuchó y siguió batallando por la verdad y justicia, que voto la rosada y que se mantuvo en pie durante todo su período reclamando por los desaparecidos por ejemplo y por los juicios a los criminales de lesa humanidad. Que reaccionó ejemplarmente defendiendo a la valiente Jueza Mariana Mota que Mujica hizo echar porque tenía 50 casos listos para sentencia, Jueza contra la que precisamente estos "viejitos" no estuvieron tan "enfermos" como para no desarrollar una brutal agitación patotera como siempre ha sido su estilo. Mujica cobra cuentas pendientes y paga otras. Entre las posibles que canjea está la cuenta que le piden los "retirados" (siempre rodeados de los con mando) que siguen conspirando y que han agitado sin cesar el que los "camaradas" (Gavazzo y similares) son presos políticos.
Los que no protesten o los que apoyen a Mujica en este verdadero atropello a la justicia y a los principios universales en relación a los crímenes de lesa humanidad, están facilitando o refrendando la instalación definitiva y total de la impunidad. Los menores han sido engrillados durante el gobierno de Mujica , los ladrones de bebés, violadores,  críminales desaparecedores, podran estar en sus casas por "razones de salud" y de esa manera proseguir con lo que han hecho todo el tiempo: su labor conspirativa y revanchista. Y pata también continuar con sus también públicos llamados a terminar con la democracia. Ahora van a estar en mejores condiciones de tal manera que los por ellos llamados "camaradas" (es decir los otros criminales que andan sueltos o que tienen mando de tropa) puedan tener facilidades para coordinar y aceitar sus planes para terminar con la democracia.
Un momento muy negro para la historia uruguaya y para el Frente Amplio que dos por tres se sigue llamando de izquierda. Una afrenta a la democracia que la pagarán todos, hayan votado o no al Frente Amplio. 

Colectivo de "Noticias Uruguayas"




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