lunes, 17 de abril de 2017

Aún andan sueltos




>>> El general no sabe como puede terminar esto

Generales de la ley

Militar Mermot sobre procesamientos: "tendrá que verse la forma de que esto no siga así"
En el Acto en Homenaje a los Caídos, criticó la "venganza" que llevó a procesar a Rodolfo Álvarez y pidió "no olvidar quién tiró el primer disparo: los tupamaros, muchos de los cuales dirigen el país".
14.04.2017

Esta mañana se realizó el Acto en Homenaje a los Caídos en Defensa de las Instituciones Democráticas, que conmemora el día en que el Movimiento de Liberación Nacional (MLN Tupamaros) ejecutó a cuatro personas acusadas de integrar el Escuadrón de la Muerte, que originó una represalia que culminó con las fuerzas de seguridad matando a seis personas.
Al finalizar el acto, el teniente general Raúl Mermot realizó declaraciones a la prensa en las que criticó a la Justicia y denunció persecución del gobierno. "Recordamos al personal nuestro que está detenido injustamente, muchos ya fallecidos en prisión. Ahora, en estos días, acaban de reflotar algo y procesaron con prisión a Rodolfo Álvarez, que es sobrino del ex comandante en Jefe Gregorio Álvarez, pero además es hijo de su hermano Artigas Álvarez, a quienes los tupamaros mataron cobardemente en la puerta de su casa frente a su pequeña hija en el ‘72. Estamos recordando todas esas cosas y tratando de que alguien lo escuche, porque es muy sintomático que se procese con prisión a un hombre que le cupo solo la actuación de juez sumariante durante un interrogatorio, que no lo hizo él", consideró Mermot.
Mermot dijo que la jueza lo procesó "infamemente" por complicidad. "Tendrá que verse la forma de que esto no siga siendo así", comentó. "Un hombre que hace un acta para hacer constar lo que dice un detenido no puede ser cómplice, coautor ni nada", agregó.
Agregó luego que tiene "cantidad de antecedentes de compañeros procesados por un solo testimonio, y al final tuvieron que liberarlos porque era falso". "No puede creerse que un juez procese a un coronel de ochenta años porque uno lo vio o dijo haberlo visto en tal lugar", dijo a modo de ejemplo.
Con respecto al porqué de estas decisiones, consideró que "hay algo de venganza por los años que pasaron por el quiebre institucional, gente que sin dudas pasó mal, que procuraba hacer cosas que no se debían hacer". "No olvidemos quién tiró el primer disparo, quien incitó las acciones en un gobierno democrático: los tupamaros, muchos de los cuales están dirigiendo al país", apuntó.
Las torturas
Para Mermot, es bueno que haya procesamientos "si hay testigos, semiplena prueba o delito infraganti". "No hay otra forma, pero suman testimonios y hacen convicción", criticó.
El militar dijo que "fue una guerra sucia con muertos de un lado y otro, y debió terminar así". "Esto sigue y no sé hasta cuándo va a seguir. Si procesan a Rodolfo Álvarez no sé cómo puede terminar", agregó.
Mermot reconoció que "hubo excesos". "Pero me consta en lo personal que nunca estuve en una sesión de tortura, pero no confundir tortura con apremio físico. Se puede dejar a una persona detenida un tiempo prudencial hasta que se canse y pueda hablar, pero eso es apremio, torturas no hay", dijo, recordando que dictadura "se emitió una directiva que establecía que en cada interrogatorio a detenidos debía haber un jefe para dar garantías al detenido".



Mermot, quien fue intendente interventor de Rivera durante la dictadura y comandante en jefe del Ejército durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle, reconoció que “hubo excesos y apremios físicos” en los años de dictadura militar, pero aseguró que no le consta que se hayan cometido torturas.
“Evidentemente que hubo excesos, pero me consta en lo personal de jamás haber estado en una sesión de tortura a nadie. No confundir tortura con apremio físico. Se puede dejar a una persona detenida un tiempo prudencial hasta que se canse y pueda hablar, pero eso es apremio físico”, sostuvo.

>>> Oir a la bestia

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>>> Seguimos colocando placas sin que llegue la justicia


Colocarán placa en homenaje a “Las pibas de abril” asesinadas en 1974 por las Fuerzas Conjuntas

El viernes 21 de abril instalarán una placa recordatoria en la casa de la calle Mariano Soler 3098, en homenaje a Laura Raggio, Diana Maidanick y Silvia Reyes, conocidas como “Las pibas de abril”, asesinadas por las Fuerzas Conjuntas en 1974.

En el marco de lo dispuesto por los artículos 7 y 8 de la Ley 18.596, el Ministerio de Educación y Cultura realizará la ceremonia de instalación de una placa en homenaje a Laura Raggio, Diana Maidanick y Silvia Reyes, asesinadas en su domicilio en un operativo de las Fuerzas Conjuntas, en la madrugada del 21 de abril de 1974.
El acto se realizará el viernes 21 de abril a las 18:00 horas, en Mariano Soler 3098, lugar donde las jóvenes fueron ultimadas por las fuerzas represivas.
La Ley 18.596 de Actuación ilegítima del Estado entre el 13 de junio de 1968 y el 28 de febrero de 1985 y de reconocimiento y reparación a las víctimas, establece en su artículo 7º que “el Estado promoverá acciones materiales o simbólicas de reparación moral con el fin de restablecer la dignidad de las víctimas y la responsabilidad del mismo”.
Tales acciones tenderán a “honrar la memoria histórica de las víctimas del terrorismo y del uso ilegítimo del poder del Estado, ejercido entre junio de 1968 y febrero de 1985”.
Si bien la dictadura comenzó el 27 de junio de 1973, la norma toma el inicio del período de reparación el 13 de junio de 1968 por el comienzo de la aplicación sistemática de las “Medidas Prontas de Seguridad e inspirado en el marco ideológico de la Doctrina de la Seguridad Nacional”.
Se reconoce la responsabilidad del Estado uruguayo en la realización de prácticas sistemáticas de tortura, desaparición forzada y prisión sin intervención del Poder Judicial, homicidios, aniquilación de personas en su integridad psicofísica, exilio político o destierro de la vida social.
Dicho período culmina el 28 de febrero de 1985, ya que al día siguiente asumió la Presidencia de la República, Julio María Sanguinetti, electo en forma democrática en las elecciones de noviembre de 1984.
Mientras que el artículo 8 determina que “en todos los sitios públicos donde notoriamente se identifique que se hayan producido violaciones a los derechos humanos de las referidas en la Ley, el Estado colocará en su exterior y en lugar visible para la ciudadanía, placas o expresiones materiales simbólicas recordatorias de dichos hechos. Podrá definir el destino de memorial para aquellos edificios o instalaciones que recuerden esas violaciones y podrá determinar la celebración de fechas conmemorativas de la verificación de los hechos”.

Las pibas de abril

Las jóvenes luchadoras sociales Silvia Reyes, Laura Raggio, y Diana Maidanick, fueron acribilladas en la madrugada del 21 de abril de 1974 en una casa de la calle Mariano Soler al 3098.
Las tres jóvenes fueron asesinadas en un operativo dirigido por el Batallón de Artillería Nº 1 con apoyo de Artillería Nº 2, a cargo del general  Juan Rebollo y la participación de los generales Julio César Rapela y Esteban Cristi, y los mayores A. Méndez y José “Nino” Gavazzo, el coronel Manuel Cordero y los entonces capitanes Mauro Mauriño, Julio César Gutiérrez y el teniente Jorge Silveira.
El operativo realizado por las Fuerzas Conjuntas se desarrolló en la  madrugada del 21 de abril de 1974,  en la casa de la familia Barrios-Fernández en busca de Washington Barrios, militante del MLN-T y esposo de Silvia Reyes.
Pero Washington Barrios para entonces supuestamente ya había desaparecido en Córdoba, Argentina.
“En medio de ráfagas de ametralladoras se dirigieron al apartamento contiguo de la calle Mariano Soler 3098 bis, del barrio Brazo Oriental, y luego de derribar la puerta acribillaron a tres jóvenes compañeras de estudio y de militancia que en ese momento se encontraban durmiendo”, relata el historiador Álvaro Rico en “Ovillos de la Memoria”, y en el Tomo 1 de “Investigación  Histórica sobre la dictadura y el terrorismo de Estado en Uruguay 1973 – 1985).
Ellas eran: Diana Maidanick de 21 años, Laura Raggio de 19 años, y Silvia Reyes también de 19 años, quien además se encontraba cursando su tercer mes de embarazo, y esposa de Washington Barrios,
Por su parte, Stella Reyes hermana de Silvia, relató tiempo después en el libro “Guerrilleras. La participación femenina en el MLN-T”, del periodista Mauricio Cavallo: “A mi hermana  y a sus compañeras las mataron y remataron en forma brutal dentro de su casa, fue un operativo espantoso. A mi hermana la entregaron a la familia para velarla, tenía más de 30 impactos de bala, le faltaba más de la mitad de la cabeza y tenía las dos piernas acribilladas a metralla, de cerca”.
Al cumplirse los 40 años de los hechos, en 2014, se realizaron diversos homenajes y también se colocó una “Marca de la Memoria” en la calle Mariano Soler.







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